La postal céntrica cambia con demolición de la ‘licuadora’
Hace tres meses, las avenidas Quito y Machala empezaron a cambiar. Como se lo decidió en 2010, mediante varios estudios técnicos, el antiguo edificio del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) o la ‘licuadora’, de 25 pisos de altura, debía desaparecer de la zona céntrica por problemas estructurales.
Por la mencionada arteria vial -una de las más transitadas del cantón-, no faltan los peatones que caminan con la cabeza levantada para comprobar lo que ocurre en la cúspide del inmueble construido en 1974.
Desde la parte baja se observa alrededor de los dos últimos pisos una especie de cerca negra (malla protectora), para impedir que los restos de la construcción demolida caigan en la calle. Además, se pueden divisar cascos y chalecos que se mueven en la ‘terraza’.
Según el cronograma de la Secretaría de Gestión Inmobiliaria del Sector Público (Inmobiliar), en la primera fase iba a demoler el auditorio y en la segunda, la torre. El plazo propuesto para cumplir la meta es 8 meses (240 días).
En noviembre pasado Tecnovía-Padko (compañía que desmonta el edificio) informó que hasta finales de 2013 concluiría la primera fase y la segunda en este año.
Actualmente, desde la calle Alejo Lascano, entre Quito y Machala, se ve que del auditorio solamente quedan varios pilares, ya que el resto de elementos fue tumbado.
En cambio, la torre principal está en pie, aunque no hay ventanas ni otro elemento que la cubra. Desde la calle se aprecian las paredes que separaban las antiguas oficinas.
La demolición mecánica, que es la que se aplica, consiste en desmontar el inmueble, poco a poco, desde la parte superior.
En septiembre pasado, antes de que empezaran los trabajos, Ramón Maestre Olmos, representante legal del Consorcio Tecnovía-Padko, detalló que hay el Plan de Seguridad Industrial y de Evacuación para que no haya molestias en las zonas aledañas ni sean afectados los negocios cercanos.
El funcionario agregó también que hay el Plan de Manejo Ambiental, que consiste en la protección del entorno con una malla y el uso de agua para minimizar la presencia de polvo. Incluso, comprende el correcto almacenamiento de desechos y uso de maquinaria especializada. “Existirán silenciadores para evitar ruido excesivo”.
Franklin Barzallo, vecino de la construcción, comentó que desde su vivienda, que está del lado de Padre Solano, no se han sentido vibraciones de los trabajos. Sin embargo, se quejó del ruido y de los restos de polvo y de rocas que han aparecido cerca de su acera.
Por esta razón -comentó Barzallo- envió un e-mail a Inmobiliar para que esté pendiente de la situación. “El problema del polvo se da pasadas las 22:00. En la noche hay ruido”, criticó el hombre, mientras señaló un pedazo de roca junto a la acera. Similar queja tuvo Rosa Chasi, quien vive del lado de la calle Machala. Ella dijo que diariamente limpia los restos de polvo.
En noviembre pasado, en la reunión de socialización de la demolición, hubo algunas quejas, no obstante, Robert Cazco, representante de Inmobiliar, indicó que vigilarán el cumplimiento de cuidado ambiental. “Hay un proceso de fiscalización permanente que controlará la eficacia y oportuna acción de la contratista”.