Malestar general y sobre todo preocupación generó este viernes la aglomeración de cientos de adultos mayores en varias entidades bancarias de Guayaquil.

Se trataba de pensionistas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) que buscaban cobrar sus recién acreditadas pensiones jubilares y decimocuarto sueldo.

Doña Leyda, quien llegó cerca de las 10:00 a la agencia del Banco Coopnacional, ubicada en las calles Maracaibo y Los Ríos, al sur de la ciudad, se quejó de que el IESS no haya tomado medidas para evitar la acumulación de personas.

“Suelen pagar el 19 de cada mes. Justo ahora que tenemos el problema del coronavirus nos pagan el 20 y además es viernes, obviamente la gente iba a venir a montones. Llevo más de media hora haciendo fila y aún estoy lejos de la entrada”, dijo.

Los agentes de la Policía Nacional que se encontraban en el lugar indicaron que no podían hacer nada para evitar la aglomeración y que ellos solo podían vigilar para que no hubiera robos ni desorden público. Por su parte, personal del banco organizaba la fila, que se extendía a lo largo de toda la cuadra y que seguía creciendo rápidamente.

“Para reducir el peligro de contagios solo se permite el ingreso de 30 personas. A medida que sale una persona va entrando otra”, explicó un empleado de la entidad.

En cambio, Maritza Mackay se acercó a cobrar la quincena que recién le acreditaban en su trabajo. Expresó que una de las alternativas hubiera sido que se pagara progresivamente, teniendo en cuenta el último número de la cédula.

Consultada sobre si la institución les ofrecía una forma alternativa de cobro dijo que sí  pueden sacar de cajeros automáticos, pero que hay pocos en la ciudad y que si sacan de otro banco se les cobra por la transacción. Además entregan hasta cierto valor.

“Se necesita efectivo para comprar en la tienda o mercados, para pagar cuentas y otros gastos cotidianos. Y como somos el grupo más vulnerable, no podemos ir a cada momento al cajero”, recalcó.

Las personas que presentaban alguna discapacidad tenían preferencia para ingresar y retirar sus dineros. Patricia Banchón llegó junto a su madre, quien se moviliza en una silla de ruedas por su avanzada edad, y confirmó que las atendieron rápidamente.

Explicó que en el caso de su progenitora “ella no sabe usar nada de tecnología como los jóvenes que pueden comprar por el celular y que a ella la tienen que llevar todos los meses a cobrar para tener cómo comer”.

Algunos pensionistas que llegaban al lugar optaban por retirarse al instante al ver la cantidad de personas que hacían fila y no correr el riesgo de contraer el coronavirus.

“No pensé que habría tanta gente. Prefiero esperar hasta el lunes para sacar dinero”, dijo Geiza Velásquez, quien se retiró en el mismo taxi en el que llegó.

Los comerciantes aprovecharon la situación para ofrecer mascarillas, guantes y gel desinfectante. (I)