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Guayaquil Siglo XXI deja sin seguridad a vecinos del barrio Las Peñas

Guayaquil Siglo XXI deja sin seguridad a vecinos del barrio Las Peñas
10 de marzo de 2012 - 00:00

Los moradores del barrio Las Peñas dejaron de contar, desde la mañana del jueves último,  con el servicio de guardianía privada que era facilitado por la Empresa de Seguridad Omega (Emseom).

Por primera vez en más de una década, los habitantes de uno de los sitios  turísticos de la urbe sienten que quedan vulnerables ante la acción delincuencial que llega, según comentan, desde varios sectores del cerro Santa Ana y la Boca del Pozo.

Durante un recorrido, realizado ayer por este diario, se constató que ahora son varios miembros de la Policía Nacional (PN) los que transitan por  las peatonales y escalinatas de Las Peñas.

También se observó a efectivos de la Policía Metropolitana (PM) que vigilan las zonas bajas, cerca de El Fortín de la Planchada.

El cabo Segundo de Policía  Byron Amangandi  informó que seis gendarmes de la PN fueron convocados para garantizar la seguridad de la zona céntrica desde las primeras horas del jueves 8 de marzo. “Además contamos con apoyo motorizado que recorren tanto el interior como el exterior del barrio”, agregó.

Algunos habitantes del vecindario, más antiguo de la ciudad, manifestaron que están intranquilos  porque consideran que el número de policías es inferior a la cantidad de guardias privados que había antes.

“La noche del miércoles pasaron los guardias de Emseom para despedirse de nosotros antes de hacer su última ronda”, comentó Blanca Reyes, quien ha vivido toda su vida en el sector donde llegó la regeneración urbana a  finales de la década del 90.

Ella trabaja junto con su madre en la tienda La Candelaria, que normalmente tiene abiertas las rejas de las puertas  para vender granizados y algodón de azúcar, pero desde que se marchó la seguridad privada prefiere mantenerlas cerradas.

“Por ahí he escuchado que ha llegado (al barrio) un delincuente que hace poco salió de la Penitenciaría,  así que hay que ser más precavidos”, dijo Reyes. Varios vecinos consultados se quejaron debido a que no recibieron ningún aviso oficial, por parte del

Municipio de Guayaquil o de la Fundación Guayaquil Siglo XXI, que los alertara de la suspensión del servicio de guardianía privada.

Jhon Armijos, administrador del restaurante La Galera, afirmó que desde hace varios días, entre los propietarios de negocios, corría el rumor de que Emseom “tenía los días contados”.

La medida ocurrió justo una semana después de que El Telégrafo realizara una publicación en la que  recogió versiones de moradores, que se quejaron por el aparente peligro que hay al ingresar por las puertas que conducen al lado no regenerado del Santa Ana. Dichos accesos están en los escalones 38, 152, 169, 179, 199, 235, 294 y 303.

En aquella edición, los habitantes -que opinaron bajo la reserva de sus identidades- comentaron que a pesar de la guardianía privada se registraban casos de asaltos a los turistas.

Armijos no negó esta situación: “De hecho, en una ocasión, hace pocos días, hubo cuatro robos en un solo día y creo que por esas fallas han cuestionado la efectividad del servicio”.

El ciudadano añadió que los callejones  citados sirven como ruta efectiva de escape de los delincuentes en caso de que sean  sorprendidos cuando cometen algún ilícito.

Como en el lugar hay alrededor de 90 bares y sitios de entretenimiento, Armijos exhortó a las autoridades municipales que regrese cuanto antes la guardianía privada. “Esto, sin duda, nos va a perjudicar porque se afecta al turismo”.

No obstante, Carolina Avilés, cuya familia ha habitado en Las Peñas por varias generaciones, aseveró que los guardias de Emseom poco podían ofrecer por la prohibición de portar armas que rige en el país desde el año 2009.

“Los metropolitanos  solo saben utilizar el garrote”, acotó Avilés, quien  puntualizó que observó a los  municipales realizar una ronda por las escalinatas durante el jueves.

Ella se mostró a favor de que sea la PN la encargada de ofrecer seguridad, pues está mejor armada que la guardianía privada y municipal.

Competencia y pugna

Esteban Delgado, subsecretario del Instituto Nacional del Patrimonio Cultural (INPC), aclaró que la competencia de brindar seguridad en Las Peñas es del Municipio de Guayaquil.

“Existe una ordenanza que favorece la regeneración urbana que le otorga a ellos (Cabildo) la autoridad de contratar la guardianía a través de la Fundación Guayaquil Siglo XXI”, explicó.

Frente a la falta de los servicios de Emseom, los habitantes de este barrio optaron por llamar al 911 y 101 para obtener ayuda inmediata de la PN. Asimismo, desconocen cuándo se volverá a contar con la vigilancia privada.

Hace tres años, cuando se ordenó el traspaso del Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, que alberga al Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), hacia el Ministerio de Cultura, la Fundación  Malecón 2000 también dejó de hacer la limpieza en el sector.

En la zona  había un letrero en el que se responsabilizaba de la limpieza del lugar al Banco Central del Ecuador (BCE), pero en enero de este año fue revertida la medida.

El tramo situado entre el MAAC y Las Peñas es donde se originó la pugna por colocar el monumento a León Febres Cordero.

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El barrio, que nació durante el siglo XVI en las faldas del cerro Santa Ana y una superficie empedrada, es un destino fijo para quien quiera conocer Guayaquil. Por décadas ha sido considerado como un sector cultural, pero en los últimos años esa distinción ha decrecido. Existen recuerdos de sus habitantes más antiguos y quejas de otros sobre algunos problemas, entre ellos, la inseguridad.

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