La Cooperativa Balerio Estacio, que se encuentra en el noroeste de Guayaquil, es uno de los sectores más empobrecidos y con carencia de obras en el puerto principal.
Para llegar al sitio hay que utilizar la pavimentada avenida Casuarina (arteria vial de Monte Sinaí).

Los caminos sinuosos y el agua estancada por doquier indican que allí finaliza la vialidad y comienza el ‘reto’ de movilizarse como cada vecino pueda. Las extensas lagunas, alimentadas diariamente por las lluvias, cubren el ancho de los caminos.

Basta detenerse en una de sus esquinas, durante 10 minutos, para observar el malestar de los peatones y conductores.

Una madre de familia con un niño en sus brazos busca una de las esquinas para salir hacia la Casuarina. La mujer, en zapatillas, camina lentamente. Resignada a mojarse los pies con el líquido grisáceo, intenta no resbalarse y proteger a su hijo.

Un vehículo, tres minutos después, va por el mismo camino. Pero el conductor, a pocos metros, gira inesperadamente hacia otra ‘peatonal’ de tierra con el fin de no quedarse atascado en la poza de dudosa profundidad.

En cambio, un comerciante de jugos paró su triciclo frente al charco para pensar cómo puede continuar su marcha. Él esperó que pasaran motos y carros. En su intento, la frágil unidad tambaleó, sin embargo, logró avanzar, orillándose, sin tocar mucho el agua sucia.

Luis Rodríguez, habitante del sector, comentó meses atrás, antes de que empezaran las precipitaciones, que nadie se ha preocupado por reparar los caminos. “Todos los años es el mismo problema. Caminar por aquí es un peligro. No solo por el golpe que nos podemos dar al caer, sino por las enfermedades. Los mosquitos se reproducen”.

Hasta el año 2008 se estimaba que en el sector había 6.000 predios.

La problemática es similar para los habitantes de Paraíso de la Flor.  Para llegar a las humildes casas hay que salir con botas. El fango reemplaza al pavimento.

Incluso, hay una alcantarilla de aguas servidas por donde desborda el líquido contaminado. Por eso siempre hay barro. “Esto está abandonado hace 7 meses”, protesta Isabel Jiménez.  

Empero, el alcalde Jaime Nebot en 2015 anunció que este sería el año de la pavimentación. (I)

Los problemas persisten en El Oro y Esmeraldas

Los aguaceros del fin de semana causaron problemas a varias familias orenses y esmeraldeñas.

En Machala, cerca de 20 calles del centro y de barrios periféricos se anegaron luego de 3 horas de lluvia. Los inconvenientes se extendieron hasta Arenillas, donde 2 familias fueron evacuadas.

Según el Ministerio de Inclusión, Económica y Social (MIES), los bienes de estos hogares no resultaron con daños, pero los habitantes fueron retirados por razones de seguridad hasta que el agua baje. En la capital orense, las avenidas 25 de Junio y

Las Palmeras, y las calles 10 de Agosto y la Marcel Laniado, quedaron sumergidas

Mientras que, en los barrios suburbanos como Federico Páez, Sauces, 10 de Septiembre, Los Vergeles, Urseza 1, 2 y 3, Villaflora, 7 de Marzo, Rayito de Luz, Martha Bucaram y Ciudadela del Periodista, se formaron grandes pozas.

En tanto, el deslizamiento en una loma ubicada en el sector Bella Vista causó el colapso de un tramo de la carretera estatal E-15 Atacames-El Salto-Pedernales, en el sur de la provincia de Esmeraldas.

El percance ocurrió por la fuerte lluvia, informó Eduardo Proaño, alcalde del GAD Municipal de Muisne. El funcionario dispuso que las direcciones de Obras Públicas, Planificación, Desarrollo Social, Gestión de Riesgos y otras se movilicen a la zona para atender la emergencia.

Eli Torres, director municipal de la Unidad de Gestión de Riesgos, indicó que el alud provocó el cierre de la vía. “En este sector se hace trasbordo de pasajeros y mercadería. Estamos esperando que el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) repare urgentemente el daño”, manifestó Geovanny Sánchez, gerente de la Cooperativa del Pacífico.

Cerca de Bella Vista se produjo la semana pasada el hundimiento de la carpeta asfáltica en la vía. (I)