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Los locales de audio están sujetos a una ordenanza del municipio

El ruido es una estrategia para vender en el centro

Los ruidos estridentes dificultan la concentración de los transeúntes y buscan la compra irreflexiva. Foto:  William Orellana.
Los ruidos estridentes dificultan la concentración de los transeúntes y buscan la compra irreflexiva. Foto: William Orellana.
17 de junio de 2014 - 00:00 - Redacción Guayaquil

El uso de televisores y equipos de sonido a un alto volumen sigue siendo la estrategia más usada por los locales comerciales del centro para vender los electrodomésticos.

En las calles 9 de Octubre, García Avilés, Colón y Malecón Simón Bolívar pueden percibirse decibeles exagerados de los electrodomésticos, que permanecen encendidos la mayor parte del día.

Actualmente esa práctica es más evidente con el inicio del Mundial Brasil 2014. Esa técnica se usa para “atraer” a potenciales compradores de televisores LED.

Mientras para la promoción de los equipos de sonido se utiliza música tropical que es proyectada con altavoces. El ruido que producen puede ser escuchado a casi una cuadra de distancia.

También hay quienes utilizan los televisores para promocionar la venta de películas en DVD o CD. Maritza Jaime, propietaria de un local en García Avilés y 10 de Agosto, justifica la estrategia en las buenas ventas.

En su negocio se dedica más al comercio de ropa y otras artesanías que a los discos. Sin embargo, reconoció que en tanto puso el televisor para promocionar películas, las personas se acercaban por curiosidad y a veces “terminaban comprando mi otra mercancía”.

La estrategia del ruido como ‘enganche’ es universal, según una investigación de Celestino Martínez, consultor en Mercadotecnia. Hasta la estridencia que producen los dispositivos electrónicos sirven para atraer clientes.

El alto volumen, explicó, está pensado para aquellas personas que frecuentan sitios de diversión nocturna o buscan entretenimiento casero a alto volumen.

Además, los dueños de locales colocan algún tipo de música o programa pensando en un grupo en específico: deportistas, aficionados a algún tipo de música, entre otros.

El investigador detalló que cualquier ruido estridente dificulta la capacidad de concentración y lo que seguramente buscan los comerciantes es que los clientes “hagan una compra irreflexiva”.

No obstante, el funcionamiento de los locales está sujeto a una ordenanza del Municipio (creada en 1960 y actualizada en 1985) que multa desde el 12,5% hasta el 125% del salario mínimo vital mensual a quien altere “la actividad laboral o el descanso colectivo” con la producción de ruidos.

Pese a ello, la Fundación Contra el Ruido, Aire Contaminante y Tabaquismo (Funcorat) consideró que los controles que el Cabildo ejecuta son escasos.

Francisco Plaza, titular del Funcorat, informó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que es saludable la recepción de sonidos que generen hasta 60 decibeles (db).

En la ciudad, según un estudio de Funcorat, se alcanza hasta 80 db durante el día y hasta 70 db en la noche. Los altavoces y otros dispositivos usados en los locales comerciales alcanzan hasta 65 db. “Eso no es saludable para los habitantes”, aseguró Plaza.

Las afectaciones a las personas van desde la disminución de la capacidad del ruido, pasando por un trauma acústico, hasta la pérdida parcial y total de la audición (sordera).

Este Diario intentó contactar a la Dirección de Medio Ambiente del Municipio de Guayaquil para conocer los controles que se realizan en la ciudad para evitar la contaminación auditiva, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta por parte del ente seccional.

Datos

En 1996, un estudio de la revista especializada Domus reveló que en la calle Sucre, entre García Avilés y Lorenzo de Garaycoa, se producen de 78,9 a 80,5 decibeles (db) de ruido.

En 2011, la Fundación contra el Ruido, Ambiente Contaminante y Tabaquismo (Funcorat) y la Espol realizaron una investigación para determinar los sectores que generan una mayor cantidad de ruido.

La investigación señaló a la avenida de las Américas (85,8 db); calle Rumichaca (84,7 db); Urdesa (84,5 db) y la zona de La Bahía (83,5 db) como los sitios con mayor contaminación auditiva.

Mientras que el interior de los centros comerciales (Mall del Sur, Mall del Sol, Albán Borja, Policentro, Unicentro, Riocentro) los mercados, la vía Perimetral, la avenida 25 de Julio y la calle Portete son los sitios con menos ruido.

En 2011, el Municipio de Guayaquil también desarrolló una investigación sobre los niveles de sonido en la urbe y afirmó que el 84% de la contaminación auditiva proviene del tránsito urbano. Un 7% corresponde a las industrias, el 4% por tránsito aéreo y 4% por la construcción.

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