Cambios importantes en el desarrollo urbanístico deberán contemplarse en Guayaquil, una vez que se supere la emergencia sanitaria para prevenir que la ciudad vuelva a convertirse en foco infeccioso, en caso de existir un nuevo brote.

Para el urbanista Luis Alfonso Saltos, el hacinamiento causado por la falta de vivienda digna, especialmente en los sectores periféricos, donde habitan miles de familias de escasos recursos, ha sido la principal causa de los niveles de contagio. Explicó que si bien los objetivos de desarrollo sustentable hablan de propiciar ciudades compactas, esto no se debe confundir con sobrepoblar sectores.

Aclaró que con ciudades compactas se refiere a densificar zonas a través de soluciones habitacionales multifamiliares como edificios y condominios, y no amontonando la mayor cantidad de gente en el menor espacio.

Comparó que mientras en Monte Sinaí, uno de los sectores más pobres, en una vivienda suelen vivir dos o más familias, con hasta ocho miembros, en las Acacias, también de clase popular, existen grandes edificios de departamentos, habitados por familias de cuatro personas, en promedio.

“Pese a que ambas zonas están altamente pobladas, los habitantes de las Acacias tienen menos probabilidades de contagio y propagación. Eso diferencia la densificación del hacinamiento”.

Dijo que esto debe plasmarse en los planes de ordenamiento territorial para el desarrollo a largo plazo y que la pandemia debe ser un punto de inflexión para concebir ciudades más seguras y menos improvisadas.

Los barrios son esenciales

También consideró vital revalorizar y planificar la ciudad. “Las tiendas de barrio son las que están aguantando el bache. Hay que dotar de servicios a los vecindarios, para así evitar que los habitantes hagan largos traslados a centros de abastos, lo que resulta también en aglomeraciones”.

El arquitecto Felipe Espinoza coincide y apunta que ya en 1980 el Consejo Nacional de Desarrollo emitió normas de equipamiento urbano, un instrumento que exigía que todo desarrollo urbano a diferentes escalas, barriales, sectoriales y zonales cuenten con servicios. Sin embargo, cree que los cabildos han dejado de utilizar ese instrumento, reemplazándolo por nuevas disposiciones que enfatizan los centros comerciales. (I)