En la época invernal habitualmente se reportan enfermedades de temporada. Por esa razón, según médicos y autoridades de salud, la mejor manera de combatirlas es con medidas preventivas.   

Para Ernesto Romero Toro, director del departamento de Salud e Higiene del Municipio de Guayaquil, la campaña de información es un recursos efectivo. “Es importante educar a la población, ya que sin su aporte no se podría combatirlas ni prevenirlas”.  

Una dolencia recurrente es el dengue (originada por el mosquito Aedes Aegypti). Actualmente, agrega, también se están haciendo cuñas radiales que informan sobre el chikungunya, enfermedad causada por el vector. Una de las acciones que está en manos ciudadanas es la eliminación de reservorios de aguas estancadas (limpias o contaminadas), pues en ellos crecen las larvas.  

El funcionario municipal explica que el Cabildo envía promotores de la salud a los distintos barrios y cooperativas. Ellos dan instrucciones verbales y escritas (por medio de trípticos) a los vecinos. Los documentos entregados indican los sitios que albergan al Aedes Aegypti: llantas usadas, tarrinas, botellas, frascos, floreros, entre otros. “Otro tema que se difunde en estas campañas es el evitar el crecimiento de maleza cerca de los hogares”, concluye el funcionario.    

La técnica de la fumigación

El coordinador técnico del programa de fumigación y control de vectores, John Lama, explica que el saneamiento se efectúa después de una charla a cada morador.  

Los fumigadores -detalla- rocían  el insecticida deltametrina, recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

También se entregan toldos con baja dosis de deltametrina, que no es perjudicial para la salud humana ni para la de los animales.  

Las pequeñas bombas rociadoras se utilizan en las paredes intradomiciliarias. El insecticida, cuyo efecto perdura alrededor de seis días, es echado de arriba hacia abajo.    

Las bombas de mayor tamaño se emplean en los exteriores: patios y jardines, terrenos vacíos, plazas, plazoletas, parques, mercados y riberas de los ríos y esteros. Las  llamadas ‘bazukas’ de gran poder de nebulización alcanzan hasta 30 metros. Son utilizadas en áreas abiertas y en domicilios con árboles de extremada altura, medianos y pequeños.

“Con estos procedimientos y maquinarias y con la ayuda de la población se logra controlar en gran parte la proliferación del dengue (clásico o hemorrágico)”, indica Lama, coordinador técnico.

Para cumplir con el cronograma establecido, las autoridades explican que se han preparado, desde noviembre pasado, la selección de personal y la adquisición de nuevas unidades.

Además, según ellos, hay una agenda para visitar parroquias urbanas y rurales de Guayaquil. De esa manera se buscará cumplir con la meta de asistir a 490.000 familias.

Bolívar Torres, morador de la cooperativa Sergio Toral II (en el noroeste), comenta que se siente satisfecho con la campaña. “Por el sector hay mucha agua estancada y canales de drenaje donde crecen los mosquitos en grandes cantidades y pican a los niños y adultos”.