18 años a la espera de servicios básicos
En la Sultana de los Andes y en Paraíso del Pueblo, barrios que están uno junto al otro en una zona periférica de la ciudad, los vecinos aún carecen de los principales servicios básicos.
Agua potable, alcantarillado y vías en buen estado son las principales demandas de hace cerca de dos décadas, tiempo en el que comenzaron a poblarse los sectores.
Los caminos de fango y piedras se observan en ambas cooperativas. A pesar de que las precipitaciones no son intensas, hay charcos por doquier y líquidos putrefactos que recorren los caminos empinados. Esos barrios periféricos carecen de alcantarillado.
Juan Medina, vecino del sector (Paraíso del Pueblo), señaló con su dedo el recorrido de los pequeños y grises ‘arroyos’ que descienden desde la parte alta. Agregó que de esa manera han vivido hace 18 años.
“Los más afectados son los de abajo”, denunció el residente, quien se refiere a las viviendas asentadas en la bajada del cerro.
Efectivamente, debido a que las casas están distribuidas en una especie de loma, las que están ubicadas en la zona baja reciben la avalancha de líquido estancado y lodo. En algunos casos, la mezcla ingresa en los hogares.
Para la vecina Nelly Peralta, el panorama no ha cambiado con el transcurso del tiempo en el sector. En noviembre del año pasado -agregó la moradora- recién empezaron a realizar trabajos para dotar al sector de los servicios básicos que tanto han pedido.
“Creo que es por la próxima campaña electoral que han vuelto, después desaparecerán de nuevo”, lamentó.
Los residentes deben almacenar el agua que consiguen en tanques, ya que aún se proveen de una pileta o piscina. Pero solo pueden abastecerse del líquido vital en las noches y en la madrugada, puesto que en el resto del día no hay presión necesaria.
De su lado, Isabel Vargas, quien reside en una zona baja, comentó que después de un aguacero debe cargar a sus niños en brazos para llevarlos hasta la escuela, porque cuando llueve los ciudadanos se hunden hasta los tobillos en el fango, por la falta de pavimentación.
“No me importa ensuciarme, lo importante es que ellos lleguen a la escuela sanos y salvos, y puedan educarse”, recordó con resignación.
En la Sultana de los Andes se viven las mismas situaciones. El terreno tiene similares características. Uno de los vecinos, incluso, se negó a hablar con la prensa porque expresó indignado: “Siempre se denuncia esto (las inundaciones) y nada pasa. Ninguna autoridad soluciona el problema”.
La crítica es mayor, porque los vecinos pagan impuestos y ciertos valores por el agua que obtienen. Algunos costos llegan hasta 19 dólares.
Cerca a los dos barrios está la zona conocida como Pancho Jácome. Los habitantes del sector se quejan porque el lugar aún se anega, a pesar de que hace un mes, exactamente, el Cabildo asfaltó el lugar.
El morador Leonardo Franco explicó que por el desnivel de la calle el líquido se estanca.
“Yo les dije a los constructores pero no hicieron caso. Tenemos calle nueva, pero se inunda”, expresó disgustado Franco. Además, en el sector B, manzana 2001, ya se observan baches a pesar de los arreglos que se han realizado.