Guayaquil proyecta su crecimiento hacia las alturas
Para octubre de 2020, a propósito del Bicentenario de la Independencia de la ciudad, está previsto que el Municipio tenga listo el denominado “Plan Maestro de Guayaquil”.
Este recogerá los lineamientos para el desarrollo en ámbitos clave para los próximos 50 años (2070), aseguró la alcaldesa Cynthia Viteri.
El documento abarcará un amplio abanico de temas sobre crecimiento urbano, movilidad, áreas verdes y espacios públicos, seguridad, turismo, desarrollo cultural, entre otros.
A cargo del proyecto está el Comité Iniciativa Cívica Doscientos Años, conformado por más de cien políticos, banqueros, gestores culturales, empresarios, y presidido por el exalcalde Jaime Nebot Saadi.
Una de sus tareas será planificar cómo crecerá la ciudad de cara al año 2070, de manera que se logre remediar el desarrollo desordenado de los últimos 40 años, debido a los asentamientos irregulares e invasiones.
Foto: César Muñoz / El Telégrafo
La alcaldesa considera que es momento de pensar a la urbe verticalmente, ya que el único espacio que le queda para expandirse horizontalmente es la vía a la Costa. Justamente por esto se están concentrando los esfuerzos en acelerar su desarrollo.
Entre las obras previstas para los próximos años están el nuevo aeropuerto en Daular, una terminal terrestre satélite y varias soluciones viales de las cuales ya se tienen listos los estudios.
Pese a la aseveración de la alcaldesa, el pasado 26 de diciembre, el Concejo Municipal de Guayaquil aprobó -de forma unánime- en primer debate el plano de construcción de la tercera etapa del plan Mi Lote, que contará con 5.000 viviendas unifamiliares populares a un costado de la vía a Daule.
Viteri asegura que uno de los desafíos del crecimiento vertical es que a los guayaquileños no les gusta vivir en departamentos, que prefieren tener su casa, su patio, su parqueadero y por esto las constructoras ven poco atractivo invertir en condominios.
El sector de la Bahía, en el centro, es ejemplo del desinterés ciudadano de vivir en departamentos. En esta zona decenas de edificios están “clausurados”, con ventanas y puertas bloqueadas, y sirven únicamente como bodegas de los negocios de la zona.
El arquitecto y catedrático Felipe Espinoza estima que para promover las viviendas de altura primero se requiere mejorar la infraestructura y los servicios básicos como agua potable, alcantarillado sanitario y electricidad.
La peatonalización de ciertas calles, como ocurrió en diciembre pasado con la avenida 9 de Octubre, volvería el sector más amigable con el transeúnte, estimularía el retorno de los ciudadanos y la redensificación del centro, afirmó. El urbanista Luis Saltos, por su lado, considera que también se debe trabajar en políticas que pongan en una situación favorable a las constructoras.
La simplificación de los trámites y permisos para construcción, exoneración de impuestos y comprometer planes de desarrollo a futuro en las zonas de interés son algunas de las fórmulas.
Recordó el caso de los bloques de las Acacias, al sur de la ciudad, los cuales están densamente poblados. Alrededor de ellos se consolidaron obras complementarias.
“Se construyeron cerca de la avenida principal, con fácil acceso al transporte público, cerca de servicios de salud y con áreas verdes. Es cierto que luego surgieron problemas como el de la seguridad, pero esto es un tema aparte”.
El 17 de diciembre de 2019, Diario ELTELÉGRAFO solicitó al Municipio de Guayaquil datos sobre el número de viviendas, edificios y planes habitacionales vigentes y a futuro, pero hasta la fecha de esta publicación no recibió respuesta.
Soluciones de movilidad
Otra arista estrechamente ligada al crecimiento urbano que deberá resolverse es la de movilidad humana. La alcaldesa es consciente de que el sistema Metrovía es insuficiente para cubrir la demanda actual y a futuro.
Por eso, además de potenciarlo, se estudia la creación de un sistema de trenes elevados. Enfatizó que la gran inversión necesaria para erigir una obra de esta envergadura hace que el único mecanismo viable sea a través de capital privado.
Aseguró que existen tres propuestas para cristalizar la obra y que definir un costo del pasaje acorde a la economía de los ciudadanos es el detalle que se debe debatir.
Espinoza y Saltos coinciden en que este sistema es imprescindible para la planificación a futuro, pero que debe ser pensado más allá del perímetro de Guayaquil.
Consideran que se debe tomar en cuenta a los cantones aledaños que forman el área de influencia y así crear un sistema para moverse en lo que se conoce como Distrito Metropolitano de Guayaquil (DMG), que incluye a Durán, Samborondón y Daule, mientras que la Metrovía debe reforzarse para servir únicamente como transporte interno. (I)