EE.UU. vs Holanda, un duelo de procesos diferentes
Estados Unidos y Holanda definen hoy (10:00, hora de Ecuador) el título del octavo Mundial de fútbol femenino. La gran final se jugará en Lyon, en un partido sin pronóstico en el estadio Parc Olympique Lyonnais, que tiene capacidad para 60.000 espectadores.
Estados Unidos tiene tres títulos mundiales y va por su cuarta corona. Holanda es la gran sorpresa del Mundial de Francia y llegó a la final de manera imprevista. Si bien son las holandesas las actuales campeonas de Europa, este es el segundo Mundial en el que participan.
EE.UU.: desarrollo y poder
El título logrado en China hace 28 años, en la primera edición del Mundial, impulsó al fútbol en Estados Unidos. Las chicas comenzaron a practicarlo en la calle, en las escuelas y en las universidades: querían ser como las campeonas del mundo que habían visto por la televisión.
El envión fue también apoyado por las instituciones gracias a una ley federal, sancionada en 1972, que obliga a las universidades a dar las mismas condiciones al deporte masculino y al femenino, impidiendo la discriminación por cuestiones de género.
Además, implica que las disciplinas femeninas cuenten con igual presupuesto, instalaciones, medios y número de becas deportivas que las ramas masculinas.
La selección estadounidense dio rápidamente sus frutos (repitieron el título en 1999 y 2015, fueron subcampeonas en 2011 y terceras en 1995, 2003 y 2007), pero el desarrollo del torneo femenino en ese país no fue tan sencillo. La falta de patrocinadores provocó que la Women’s Professional Soccer comenzara a jugarse en 2009 y se disolviera en 2011.
El retorno del torneo se produjo recién en 2013, cuando surgió la National Women’s Soccer League, una liga de referencia en el mundo que ahora reúne a grandes figuras, como la goleadora australiana Sam Kerr, además de a las 23 convocadas por la entrenadora Jill Ellis a la cita en Francia.
Holanda: la fortaleza de una generación
El seleccionado holandés tiene la liga menos desarrollada que la norteamericana. Sin embargo, reúne a buenas futbolistas, entre las que se destaca Lieke Martens.
Hace dos años, Holanda se convirtió por primera vez en campeón de una Eurocopa y de aquel equipo solo hubo dos nombres diferentes en la alineación de su partido mundialista más reciente, con Dominique Bloodworth y Merel van Dongen jugando en lugar de Stefanie Van der Gragt y Kika Van Es.
En el ámbito local, el torneo femenino tuvo varias interrupciones. La primera edición de la Eredivisie Vrouwen fue en 2007, pero solo duró cinco temporadas. Fue entonces cuando se intentó una liga mixta con equipos de Bélgica, llamada Liga BeNe.
Pero el proyecto no funcionó, se disolvió y en 2015 fue restablecida la liga holandesa, que cuenta con nueve equipos: PSV, FC Twente, Ajax, ADO La Haya, PEC Zwolle, VV Alkmaar, SC Heerenveen, Excelsior Barendrecht y Achilles ’29.
La Eredivisie Vrouwen fue la base de aquel primer título europeo: 22 de las 23 campeonas habían jugado o jugaban en la liga holandesa en 2017. (I)
Holanda eliminó en octavos de final a Japón, en cuartos a Italia y en semifinales a Suecia. Esta es su segunda experiencia mundialista. Foto: Archivo / El Telégrafo