Las calorías vacías inciden en el peso de los niños
La lucha contra el sobrepeso en la población infantil no es fácil, sobre todo, porque con el actual estilo de vida no se prioriza una alimentación equilibrada. Los hábitos alimenticios han cambiado, al punto, de afectar incluso a los infantes.
Francisca Cifuentes, máster en nutrición y dietética advierte que este es un tema al que es necesario prestarle atención.
¿Por qué hay niños que están gordos?
En realidad, ahora en Ecuador existe un sobrepeso que afecta al 30% de la población infantil. Ha crecido bastantísimo. Incluso ya hablamos de obesidad también. Antes era muy difícil ver niños obesos en nuestro país, pero a partir de los últimos 10 años esto ha cambiado y obviamente es por la mala alimentación y la falta de ejercicio.
¿Los niños dejaron de moverse?
Sí, los niños se volvieron muy sedentarios y, además, existe un factor que, de alguna manera, incide en esta problemática: los padres ya no comen con sus hijos, entonces ya no pueden controlar lo que ellos consumen. De la misma manera, los niños comen frente a la televisión y a la computadora y el acto de ingerir alimentos se torna inconsciente, es decir, comen sin darse cuenta de lo que han consumido. Por eso, tienen más hambre y comen más durante el día.
¿Esto los hace más proclives a desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares a edades tempranas?
Sí, claro. Nosotros antes hablábamos de la diabetes tipo 2, una enfermedad que afectaba, en su mayoría, a personas adultas. Actualmente, tenemos casos de niños de 13 años que ya padecen de diabetes tipo 2 en Ecuador. Las causas son el sobrepeso y la mala alimentación. Estamos en un mundo globalizado, en el que todos estamos frente a la comida chatarra. Nosotros las llamamos calorías vacías, es decir, los cachitos, las papas fritas; todos los snacks. Estos alimentos inciden en el peso de los niños, porque tienen altísimas calorías.
¿Cuál es el promedio de calorías que debe consumir un infante?
Ellos deben consumir alrededor de 1.800 calorías diarias, pero existen niños que consumen, en un solo día, más de 3 mil calorías, mucho más de lo que su cuerpo necesita.
Existen padres que premian a sus hijos con comida. ¿Esta práctica influye también al momento de inducir a los hijos a consumir comida chatarra y golosinas?
Hay padres que consideran que existe una relación entre el componente emocional y el alimenticio. Esto sucede desde que empieza la crianza del menor. Cada vez que el pequeño llora, le dan el seno o un caramelo. Entonces, cada vez que hace eso, sabe que le darán de comer. Este es un tema también psicológico. De hecho, las psicólogas insisten en que no hay que premiar ni castigar a los hijos con comida, porque la alimentación no es un premio, sino una necesidad biológica.
El sobrepeso también está relacionado con la baja autoestima de los niños. ¿Cómo se trabaja en este aspecto?
Sí, es evidente que existen problemas emocionales muy relacionados al sobrepeso. Nosotros los llamamos trastornos conductuales. Hay infantes que comen muchísimo. Tengo casos de niños que incluso se esconden la comida debajo de la cama. Uno de los errores más grandes que cometen los padres es decirle al niño “estás gordo”. Cuando esto ocurre, pueden ser propensos a sufrir de bulimia o anorexia, pueden presentar trastornos alimenticios muy difíciles de tratar. Lo ideal es buscar el apoyo de un especialista. (ARB)