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El Telégrafo
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Los desastres naturales rompen nuestro equilibrio

“En este momento, todos estamos en alerta por el volcán Cotopaxi. Nuestro cuerpo no siempre puede tolerar esta sobrecarga”, Armando Camino, médico psiquiatra.
“En este momento, todos estamos en alerta por el volcán Cotopaxi. Nuestro cuerpo no siempre puede tolerar esta sobrecarga”, Armando Camino, médico psiquiatra.
18 de octubre de 2015 - 00:00

Es inevitable: los desastres naturales tienen un efecto en la salud mental de las poblaciones más vulnerables. No importa la magnitud del desastre, en la mayoría de los casos se generan estados de paralización absoluta, de miedo e incluso de pánico.

Según el estudio Salud Mental y Desastres, desarrollado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) cuando una persona enfrenta situaciones que superan su capacidad de adaptación se rompe el equilibrio. Este informe también da cuenta de que la mayoría de personas, ante un desastre comienzan a sentir los efectos del síndrome general de adaptación que se manifiesta con sudoración profusa, temblores y debilidad. Armando Camino, médico psiquiatra, considera que en los planes de prevención ante un posible desastre, como la proximidad de una erupción volcánica, hay que dar prioridad a este tema.

¿Los desastres naturales socavan la salud mental?

Por supuesto, cada una de las personas tenemos una historia y esta también recibe una influencia de la historia de nuestros familiares. Esa historia se activa y comenzamos a presentar ciertos síntomas. En ese momento, todos estamos en alerta. A mayor cantidad de mecanismos de alerta, nuestro cuerpo se sobrecarga y comenzamos a presentar diferentes síntomas.

¿Cuáles?

Puede haber muchos síntomas (sentimientos de tristeza, soledad, temor, pánico y más). En este caso, los psiquiatras hablamos de la sintomatología desencadenada por situaciones de vivencia.

¿Cómo nos afecta esta sensación de sobrecarga?

Esta sensación nos produce diferentes reacciones en el cuerpo. Cuando el ser humano se siente amenazado, el cuerpo reacciona.

¿Cuáles son los efectos a corto y largo plazo de estas vivencias?

Hay que explicar que nuestro cerebro reacciona de acuerdo con los estímulos. Si estamos sometidos a un estrés ambiental. En una escala del 1 al 5, el cuerpo tiene que reaccionar en el 5, pero cuando estamos sometidos a muchos estresores ambientales de distinta intensidad, se puede romper nuestro equilibrio.

Ante situaciones de riesgo, hay personas que experimentan hiperactividad ¿esto es posible?

Cada persona reacciona de diferente manera, algunos incluso pueden ser hiperactivos, porque este se convierte en un mecanismo de evasión.

Es vital dar seguimiento a estos casos frente a un desastre natural. Los efectos psicológicos que se derivan de un fenómeno natural, por lo general, se perciben tiempo después, es decir, comienzan a evidenciarse luego de que se ha retomado la rutina diaria. Hay personas que presentan problemas para concentrarse y se sobresaltan fácilmente. Además, tienen una respuesta exagerada a eventos sorpresivos.

Reacciones

Hay personas que sufren estrés postraumático después de presenciar un desastre natural. Esta es una condición debilitante que se prolonga por meses.

Hay personas que vuelven a vivir repetidamente el trauma en forma de pesadillas y recuerdos inquietantes durante el día.

También se pueden experimentar problemas de sueño, depresión, sensación de indiferencia o de ansiedad.

Los efectos psicológicos que se derivan de un desastre natural, por lo general, se perciben tiempo después de que este haya ocurrido.

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