Es uno de los gremios más complejos, precisamente por eso no debe estar en manos de quienes se autocalifican, autoeligen y autorrepresentan. Si el discurso es la democracia, la tolerancia y el respeto a las instituciones, un gremio de un sector tan importante no puede estar en manos de quienes no practican lo que predican y demandan al resto. Ventajosamente, el periodismo de calidad, ético y responsable, no depende ni se alimenta de aquellas entidades que dicen tener miles de afiliados y cuyas autoridades se eligen con menos del uno por ciento.
Sin embargo, hay una exigencia social: el gremio de los periodistas no puede estar ajeno a la realidad y al cambio de época y, por lo mismo, requiere dirigentes con visión de patria, y no de intereses privados y mercantiles.