El presidente Rafael Correa ha hecho un reconocimiento válido y oportuno: su gobierno se demoró mucho en acelerar el proceso de sustitución de importaciones. Y siendo verdad, ese reconocimiento conlleva toda una estrategia que no solo pasa por lo que hagan o dejen de hacer el régimen y los empresarios.
Pasa, ante todo, por una actitud de los ecuatorianos en general, que bien pueden optar por consumir lo nuestro en muchos aspectos, productos, marcas, hasta comestibles.
Es inaudito que se gaste más comprando manzanas y/o naranjas, ropa y/o zapatos importados, cuando hay productos ecuatorianos de buena calidad. El Gobierno y la empresa privada harán su parte, pero también corresponde otra actitud frente al consumo desde la gente con respecto a lo nuestro.