Emerson Leao Espinoza. Su nombre ya evoca fútbol. Su padre Teófilo lo llamó así por el jugador brasileño, campeón mundial en 1970 y que disputó cuatro Copas del Mundo consecutivas.

Fue considerado uno de los mejores arqueros de su época, pero el hijo de Teófilo se convirtió en volante de marca. También actuó como defensa central por sus habilidades defensivas.

Su vida deportiva ha sido cambiante. Pasó de Sangolquí a Parma en Italia y enseguida a Milán. Allí juega para el Inter de Milán, en sus formativas, pero ante la inminente retorno de la serie A, será ascendido al primer equipo conducido por Antonio Conte.

Él y otros cuatro juveniles se entrenarán con el primer equipo. El objetivo es contar con una plantilla amplia y tener un espectro mayor de jugadores, en caso de lesiones. Además, la FIFA aprobó que en lo que resta de la temporada se puedan realizar hasta cinco cambios; esto porque habrá una actividad más continua y se quieren evitar lesiones.

En el pasado mercado invernal, en enero, el Inter lo fichó en préstamo procedente del Parma. Su contrato es hasta el 30 de junio, pero podría alargarse por la situación actual. Además hay una opción de compra al final.

Quedan seis fechas para que termine el torneo y aún no hay una fecha prevista para el reinicio. Eso sí, los equipos han vuelto a entrenar, con Espinoza con el Inter incluido. “El interés siempre estuvo (por ficharlo) y se hizo realidad. Él está muy contento con la oportunidad. Trabaja muy duro para llegar el primer equipo”, dijo su agente, Manuel Sierra, cuando se dio su contratación.

Lo comparó con el jugador francés Moussa Sissoko, del Tottenham, por su capacidad para estar en las dos áreas para defender y aportar en ataque.

Ya cuando fue al Parma, en 2019, estaba claro que si rendía bien en el equipo juvenil, podía pasar al Inter por las conexiones entre los equipos. Todo salió mejor que lo planeado, pues Espinoza no se esperaba estar tan pronto en el primer equipo. Hoy, por la situación del mundo, el volante se sitúa junto a jugadores como Romelu Lukaku, Lautaro Martínez, Christian Eriksen o Diego Godín.

Con 19 años cumplidos recién en marzo, Espinoza siempre fue un adelantado para su edad. En sus inicios con Independiente, en 2012, con 11 años, fue campeón nacional de una categoría superior, la sub-12.

Más adelante, en 2018, disputó la Copa Libertadores sub-20 con tres años menos que la edad requerida. Fue titular en los cinco partidos del torneo, como central, que terminó con el vicecampeonato. “Se acomodó bien en los dos puestos y rindió sin problemas. Es de la generación de Gonzalo Plata, Andrés Mena y Angelo Peralta”, contó Roberto Arroyo, director de las formativas de Independiente.

Espinoza llegó al club procedente de la Escuela Metropolitana de Fútbol, de Guayaquil. Rápidamente se adaptó a la vida en el complejo del equipo y fue creciendo como jugador y también como persona.

No llegó a debutar en primera categoría, pero sí formó parte de algunos entrenamientos. Sin embargo, su potencial se observó a nivel internacional, en esa Libertadores y también en el Sudamericano sub-20 de Chile.

Por su edad incluso disputará un segundo Sudamericano de esa categoría en 2021. Mientras tanto sumará experiencia en el fútbol italiano y quién sabe, tal vez debute primero en Europa, antes que en Ecuador. (I)