Más ciudades se unen a la movilidad pública eléctrica
El caos vehicular, los altos niveles de contaminación y el tiempo que demora para trasladarse de un lugar a otro, han causado que los ciudadanos busquen alternativas para movilizarse, una de estas, las bicicletas públicas.
Una ciudad pionera en la movilidad activa es Cuenca, el sistema cuenta con estaciones automáticas, que no superan los dos kilómetros de distancia entre estas, bajos costos para los usuarios, incluso funciona con un aplicativo móvil desde un celular.
Para Adrián Castro, exgerente de la Empresa Pública de Movilidad (EMOV), los cuencanos respondieron bien ante la iniciativa.
“Son más de 5.000 viajes en la bicicleta al mes, que es algo importante. Se empezó con menos de 100 viajes, ahora deben haber más de 4.000 inscritos en el sistema y cerca de 500 usuarios activos de la bicicleta diariamente”.
Sin embargo, previo al lanzamiento del proyecto fue necesario contar con circuitos que permitan el traslado de los usuarios. Hasta el momento hay cerca de 70 km de ciclovías en la ciudad, incluidas vías compartidas en las cuales la velocidad máxima de los vehículos es de 30 km.
Según Castro, hasta el momento en Cuenca hay 240 bicicletas, 20 estaciones distribuidas en la primera fase que van desde el Centro Histórico hasta la zona de El Ejido centro-sur de la ciudad. Las tarifas son desde $ 0,25 para usuarios que no sean miembros, así como membresías de $ 15 y $ 30 trimestrales o anuales.
Otra ciudad que le apostó a la movilidad eléctrica es Guayaquil. Jorge Burbano, gerente nacional de BYD Ecuador, destacó los buses de servicio público que ya transitan por la ciudad. “Es transporte con aire acondicionado, no contamina, tiene seguridad en puertas y velocidad”, explicó.
A este tipo de transporte también se añaden los taxis que si bien tienen un costo de $ 34.000. “La alcaldesa (Cynthia Viteri) ya prometió que habrá un incentivo económico para la renovación de taxis como de buses”, dijo Burbano.
Destacó que los automóviles de servicio de taxi tienen una vida útil de 15 años sin la necesidad de cambio de batería. “La batería necesita siete horas para cargarse. Es decir, se puede cargar mientras el conductor descansa y tiene una autonomía de 300 km. El Estado se beneficia en cuidar el medio ambiente y el ahorro de subsidios”. (I)