Desde terrazas, balcones y en vías, a 300 metros de distancia, cientos de curiosos observaron hoy la implosión por voladura controlada direccionada, del edificio Centro Médico del Pacífico, en la ciudad de Portoviejo.

El proceso se cumplió en menos de tres segundos y la polvareda se disipó en dos minutos y medio. Los uniformados y técnicos que estuvieron antes de las 09:00 en la zona destacaron el éxito del evento.

La misma opinión mostraron las autoridades, entre ellos el secretario técnico de la Reconstrucción, Carlos Bernal y el gobernador de la provincia de Manabí, Javier Santos. Mientras los espectadores aplaudieron por el trabajo impecable que  se realizó a través de la empresa Tragsa.

Esta fue la segunda implosión de tres que están previstas en Portoviejo. El día martes, se reunirá la Mesa de Seguridad para valorar la próxima y última demolición de este método y que será la del edificio Álava.  

El gobernador Santos indicó que debido al trabajo hay establecimientos, como el Informática, Portoviejo y Naciones Unidas que están cerca de donde se cumplió la implosión y no laborarán hoy, para hacer una revisión exhaustiva de la estructura, pues previamente también se cumplió un control de esas edificaciones.

Jorge Muntasell, de la compañía Tragsa, dijo que este trabajo fue una fulminación direccionada hacia la vía 9 de Octubre. “No se afectó nada. El edificio Álava es menos complejo y lo más laborioso es el dispositivo para comunicar a la gente que desaloje unas horas antes de la zona.

Bernal explicó que “todos han hecho un excelente trabajo”. Refirió que no existieron afectaciones colaterales. “Las vibraciones fueron casi imperceptibles”, según el secretario de Reconstrucción.

El funcionario detalló que en las zonas afectadas de Manabí y Esmeraldas llevan más de 5.500 demoliciones “y no hemos lamentado heridos”.

Jaime Intriago, la familia Párraga y Rosa, una vecina del barrio, quienes habitan a pocos metros del edificio observaron de cerca el trabajo y lo resumieron como “algo que da pena”, pero el trabajo de demolición no implicó finalmente un riesgo. Rosa lloró y dijo que ella ayudará a levantar a su Portoviejo.

Carlos Bernal aclaró que esta era la única forma de tumbar esa edificación, tanto por la seguridad como por el costo. Anunció también que en unos 10 o 15 días la zona estará expedita, pues se habrá terminado con las demoliciones y retiro de escombros. (I)