¿Es necesario crear en Ecuador una central única de trabajadores?

Si queremos garantizar a plenitud los legítimos derechos de los trabajadores, es obvio que su viabilidad y eficiencia se da a través de una central única de trabajadores. Naturalmente que nosotros no seremos los promotores de esa iniciativa, pero sí facilitadores para que se depongan actitudes sectarias y los dirigentes escuchen a las bases. Ellos deberían dar paso a una dirigencia única con la que estén mejor los trabajadores, los empleadores y el país.

¿Con cuántas organizaciones sindicales se ha reunido ya? ¿Qué opinan el FUT, la Ceols y demás?

He conversado con varios dirigentes, a quienes expresé nuestra opinión, pero nosotros no vamos a convocarles ni a obligarles a conformar esa central única. Esa es una aspiración nuestra (como Gobierno), pero dependerá de los trabajadores y sus dirigencias que eso se cristalice.

¿Por qué debe ser el Gobierno el que proponga una central única? ¿Quiénes se benefician de eso?

En el pasado, simultáneamente con el surgimiento de los partidos políticos también se gestaban organizaciones sindicales; pero siempre he pensado que si el objetivo es uno solo: “contribuir al desarrollo nacional y velar por el respeto a los derechos de los trabajadores”, para qué tener tantas organizaciones. Espero que la Confederación de Trabajadores del Ecuador, la UGT, el FUT, la Cedocut y demás tengan la capacidad de entender lo que ocurre. Estoy convencido de que si consultan a las bases sobre la conformación de una central única, dirán que sí, pero muchas veces el problema se encuentra -casi exclusivamente- en la dirigencia.

También se podría pensar que al Gobierno le interesa una organización sindical fuerte con miras a las elecciones de 2017.

Que haya una central única de trabajadores no tiene nada que ver con Alianza PAIS. Los trabajadores pueden mostrar simpatía por el Gobierno -y entiendo que así es-, pero creo que las consignas del pasado ya no caben hoy en día:el retiro de bases militares, el fin de la flexibilización laboral, el rechazo a los programas de ajuste del FMI, el no pago de la deuda externa o la nacionalización de los hidrocarburos, todo eso ha hecho yael Gobierno, incluidas las reivindicaciones de los indígenas, los campesinos y los trabajadores subempleados. La organización sindical debe modernizarse y aportar al desarrollo económico del país, por supuesto, a cambio de una distribución equitativa entre el capital y el trabajo (ganancias vs. salarios).