4.000 millones de personas en el mundo no tienen seguridad social
El 45% de la población mundial tiene una cobertura efectiva de por lo menos un beneficio de la protección social. El 55% restante, según el Informe Mundial de Protección Social 2017-2019 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), no tiene protección alguna, es decir unos 4.000 millones de personas.
Las estimaciones de la OIT también indican que solo el 29% de la población mundial está protegida por un sistema de seguridad social integral. Este abarca toda la gama de prestaciones, desde beneficios familiares hasta pensiones de vejez. Mientras que la mayoría de la población mundial (71%), o 5.200 millones de personas, tiene solo una cobertura parcial o ninguna.
A criterio de la Organización, la protección social, o seguridad social, es un derecho humano. Este conjunto de políticas y programas están diseñados para reducir y prevenir la pobreza y la vulnerabilidad de las personas en todo el ciclo de vida.
Esta abarca beneficios familiares, incluidos los niños, las prestaciones de maternidad, desempleo, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, así como las pensiones de vejez, invalidez y la protección de la salud.
Para la OIT la falta de cobertura guarda relación con una remarcada falta de inversión en protección social. Esto se da particularmente en África, Asia y los Estados Árabes.
Los resultados del estudio de la OIT muestran la situación actual de la seguridad social en el mundo. A la par señalan la urgencia de ampliar la protección.
Ochenta y tres millones de madres con recién nacidos no tienen cobertura. Alrededor de 1.300 millones de niños y niñas carecen de seguridad social; la mayoría de ellos viven en África y Asia. 152 millones de trabajadores desempleados no tienen prestaciones de desempleo.
Sin embargo, la OIT también resalta que algunos países sí han logrado exitosamente la protección universal o casi universal para los niños (Argentina, Brasil, Chile), las madres de recién nacidos (Canadá, Uruguay), las personas con discapacidad (Brasil, Chile, Estados Unidos, Uruguay) y los adultos mayores (Argentina, Bolivia, Canadá, Estados Unidos, Trinidad y Tobago).
En el caso de los adultos mayores, en América Latina y el Caribe la cobertura de las pensiones de vejez es de alrededor del 71%, un porcentaje ligeramente superior a la media mundial.
En Ecuador la cobertura es del 52%, la sexta más alta de la región. “Hace falta que los países de la región redoblen los esfuerzos para cubrir los déficits de cobertura, fortalecer los pisos de protección social y mejorar la suficiencia de las prestaciones”, concluye el documento.
Para Marco Proaño, especialista, estas cifras son “dolorosas y humillantes para la humanidad porque significa que millones de seres humanos están desprotegidos por la seguridad social y están en una situación de indefensión”, comenta.
Según Proaño, los datos son en realidad más alarmantes: es el 70% de la población mundial la que no tiene acceso a ningún sistema de seguridad social. Además, la mitad de la población mundial que superó la edad para jubilarse no tiene ninguna pensión de retiro.
Para el experto, la mejor forma de humanizar a un Gobierno es con la seguridad social porque esta tiene como objetivo cubrir las emergencias y riesgos propios de la condición humana.
Es así que Proaño considera que la protección social debe ser una política de Estado porque protege la vida de la gente. “La seguridad social acompaña al ser humano desde la cuna hasta la tumba”, comenta Proaño. Para esto -agrega- la seguridad debe ser sostenible con una política sustentable en el tiempo.
Justamente con este objetivo el Gobierno ecuatoriano puso en marcha en junio de 2019 el Acuerdo Nacional por la Seguridad Social.
Según Paúl Granda, presidente del consejo directivo del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), a través de un diálogo entre los diferentes actores del sector y con la transparencia de la situación del IESS se podrá optar por políticas públicas que den sostenibilidad a esta institución.
Justamente una de las medidas para que la reserva del seguro de invalidez, vejez y muerte del IESS sea positiva hasta el año 2058 es que el Estado cumpla con su aporte del 40%.
Una de las líneas generales de acción de este acuerdo es la ampliación de la afiliación. Actualmente el IESS tiene 3’724.523 afiliados activos. De estos, 41.871 se regularizaron en 2019 gracias a inspecciones del IESS y a denuncias ciudadanas.
Según un estudio actuarial se proyecta que en 2058 existirán 6’903.686 afiliados. En cuanto a jubilados por vejez e invalidez actualmente hay 420.506. Para 2058 se prevé que existan 2’435.254.
La seguridad social aporta al desarrollo de un país
Mejorar la cobertura de protección social en el mundo se alinea a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030, impulsados por las Naciones Unidas.
El primer ODS busca terminar con la pobreza en el mundo. Unos 783 millones de personas viven con $ 1,90 diarios y se ubican principalmente en Asia meridional y África Subsahariana.
La meta 1.3, por ejemplo, propone poner en práctica sistemas y medidas apropiados de protección social para todos y, para 2030, lograr una amplia cobertura de los pobres y los más vulnerables.
Mientras que el tercer ODS tiene como meta garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal. Con este fin, la meta 3.8 pretende lograr la cobertura sanitaria universal. Busca el acceso a servicios de salud esenciales de calidad y el acceso a medicamentos y vacunas seguros, eficaces, asequibles y de calidad para todos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 12,2 millones de personas, mayormente de países en desarrollo, mueren en edad laboral a causa de enfermedades no transmisibles.
Además, cerca del 70% de los trabajadores carece de cualquier tipo de seguro que pudiera indemnizarlos en caso de enfermedades y traumatismos ocupacionales. Y más de cinco millones de niños mueren cada año antes de cumplir los 5 años.
Para la OIT, la falta de protección social deja a las personas expuestas a la pobreza, las desigualdades y la exclusión social en todo el ciclo de vida. Su carencia representa un obstáculo importante para el desarrollo económico y social de los países. (I)