Más de 60 jóvenes de la comuna de Palmar, parroquia de Colonche, provincia de Santa Elena, participan del primer proyecto piloto de emprendedores del Ministerio de Inclusión Económica  y Social (MIES). Ellos pertenecen a la Fundación Neojuventud, la cual cuenta con 7 microempresas que han cambiado sus vidas y mejorado sus ingresos.

A través de este proyecto, muchos jóvenes de Palmar y sus alrededores han descubierto sus destrezas en distintos campos y han sido rescatados de las calles de la Península.

“Estuve perdido en las drogas y el alcohol, en algunos casos pensé hasta en quitarme la vida ya que nada bueno hacía. Hasta que algunos amigos me llamaron a participar de las microempresas y desde entonces mi vida cambió”, dijo Miguel Muñoz, quien se dedica a elaborar artesanías a través de la tagua.

El artesano dio gracias a sus amigos por ponerlo al frente de la microempresa “AeroArt” que elabora artesanías en base a materiales naturales de la zona, como la tagua, concha perla, caña guadua, balsa y cuerno de res. Próximamente también ofrecerá camisetas aerografiadas con gráficos y paisajes.

El proyecto juvenil Neojuventud empezó en 2003 con una reunión general de 60 adolescentes y jóvenes en Palmar, con la coordinación de la Iglesia Católica y con el apoyo técnico de CARE Ecuador. El MIES fortaleció el proyecto de los jóvenes con un crédito no reembolsable de 29.502 dólares y capacitación continua de partes de sus técnicos de campo.

Marcelo González, presidente de Neojuventud, señaló que los jóvenes están involucrados en numerosas actividades a través del proyecto, fortaleciendo su autoestima, habilidades y toma de decisiones frente a la realidad de la sociedad. Enfatizó que la fundación brinda la oportunidad de que estas personas tengan actividades integrales en lugar de estar disponibles y vulnerables a involucrarse en violencia de pandillas o hábitos no saludables.

González indicó que una de las condiciones que enfrentan los adolescentes y jóvenes es la pobreza, debido a la falta de oportunidades económicas. “El proyecto responde a esta situación ofreciendo la oportunidad de involucrarse en actividades productivas”, dijo.

El ingreso que se genera a través de estas actividades se redirecciona a los costos del proyecto y produce una suma que los participantes pueden llevar a sus hogares.

Xavier González, coordinador de la panadería, explicó que el negocio es rentable ya que cuentan con compradores fijos y además el MIES en algunos casos les compra los productos. Los jóvenes entregan 1.700 panes semanalmente a los Centros Integrales del Buen Vivir (CIBV) y cientos de panes y dulces a 30 familias de Palmar.

Este es el primer proyecto piloto para jóvenes que el MIES lleva adelante. Así lo recalcó Donny Sánchez, coordinador  provincial de este ministerio en Santa Elena.

El funcionario señaló que el aporte contempla el fortalecimiento de varios proyectos productivos que permitirán la inclusión de los jóvenes al campo laboral y generarán una oportunidad de desarrollo integral que propicie su liderazgo e integración en la sociedad.

A través de estos proyectos los emprendedores aprenden las nociones básicas sobre cómo manejar un pequeño negocio.