Pescadores artesanales piden reforma a ley que regula actividad
Las organizaciones pesqueras artesanales de Ecuador afirman que están atravesando una situación crítica. Según ellos, tienen limitantes en sus actividades que afectan sus labores, debido a la Ley de Pesca, en vigencia desde abril de este año.
Armadores, tripulantes, descargadores, gabeteros, cargadores, cuadrilleros, hieladores, comerciantes, servicio de transporte, exportadores, son parte de esta actividad económica que involucra a más de 100.000 familias directamente.
Según la nueva ley las embarcaciones, conocidas como chinchorreros, deben pescar fuera de la zona exclusiva para los artesanales, es decir, más allá de las 8 millas. El problema es, según dicen, que navegar más allá de las 8 millas ha provocado que 4 barcos zozobraran en lo que va del año.
Los pescadores de las provincias de Guayas, Manabí, Esmeraldas, El Oro y Santa Elena aseguran que es difícil laborar en esa situación y que incluso les imponen multas si no cumplen con la ley.
José Cevallos, presidente de la Asociación de Barcos Chinchorreros, indica que las naves se hundieron porque no tienen autonomía para ir más afuera, ya que las olas son más grandes. "Hasta 2007 éramos artesanales, de un plumazo nos convirtieron en industriales", expresó.
Tripulantes y armadores manifestaron que estos barcos siguen siendo artesanales por sus características; además, su capacidad logística y de carga es menor a los industriales.
Sobre las multas, Mariana Quijije, presidenta de la Asociación Amigos del Mar, indica que estas llegan hasta el medio millón de dólares. “Nos van a quitar nuestro patrimonio, fuente de trabajo que damos a todo el Ecuador", dice.
Quijije resaltó que sus embarcaciones son de madera, artesanales, pero en 2007, de la noche a la mañana, los categorizaron sin sustento técnico como industriales, lo cual está perjudicando al sector.
Acotó que mientras sus embarcaciones cuestan aproximadamente $ 50.000, las multas alcanzan los $ 600.000, lo cual pone en riesgo el patrimonio de los pescadores.
En Crucita y Jaramijó, dos localidades pesqueras en Manabí, también están preocupados. No solo por la categorización como industriales y las multas, sino por una veda que les quiere aplicar el organismo pesquero de control.
El sector pesquero solicita que se tome en cuenta como periodo de veda de peces pelágicos pequeños desde el 23 de diciembre de 2020 hasta el 6 de febrero de 2021, “en virtud del poco esfuerzo pesquero realizado en este año y en pro de la conservación de las especies".
Rechazan que se tenga previsto imponer una veda a finales de este mes y solicitan revisar la ley para poder trabajar tranquilos.
La Asociación Coordinadora Nacional de Organizaciones Pesqueras y Afines del Ecuador (Conopae) señaló que la actual Ley de Pesca es demasiado sancionadora.
Los principales peces pelágicos pequeños dirigidos para el consumo humano directo de Ecuador son pinchagua, macarela, chuhueco, botellita, sardina, anchoveta, entre otros. Estas especies están disponibles en las áreas de operación de la flota cerquera costera, registrándose mayores concentraciones en el Golfo de Guayaquil, así como en las costas de Manabí y Santa Elena.
Un informe del Instituto Público de Investigación de Acuicultura y Pesca (Ipiap) señala que las especies de pelágicos pequeños habitan de la milla 2 a la 6. Los barcos con la red de cerco de jareta es un arte menos contaminante que cualquier pesquería, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).