Los propietarios de cabinas telefónicas que  ofrecen el servicio de recargas móviles están preocupados, pues temen que el negocio decaiga.

Wilman Briceño  abrió  su local, en el sur de Quito, hace más de un año,  con la expectativa de hacer crecer su negocio. Sin embargo, asegura que los réditos son mínimos y cree que con el nuevo beneficio los usuarios de la telefonía móvil ya no necesitarán acudir a una cabina pública.

“La gente se quejaba mucho de que el servicio era caro y que el saldo se acababa muy pronto. Entonces preferían las cabinas, porque el minuto es más barato. Pero con la reforma, los efectos se sentirán el próximo  mes”,  anota el propietario.

En un día promedio la facturación oscila entre los 35 y 40 dólares, sin contar la comisión que percibe por las recargas: 4,50 dólares por cada 100 dólares vendidos. Esas ventas se reducen, asegura Briceño, cuando las operadoras ofrecen los saldos promocionales 2x1 ó 3x1, facturando hasta 18 dólares diarios. La rentabilidad es mínima si se considera el pago de arriendo, servicios básicos e impuestos.

Desde ayer,  las recargas de   telefonía móvil no caducan. Las   tres operadoras habilitadas en el país, Movistar, Claro y CNT EP, acataron  la resolución  Tel-01-01-Conatel-2012 que establece la  vigencia ilimitada de las recargas y acumulación de saldos en el servicio prepago y postpago.

Las operadoras tuvieron 20 días para ajustar su modelo  de servicio a las nuevas regulaciones.  En ese marco, el gerente general de la CNT EP, César Regalado,  dispuso  a las distintas áreas de la empresa     cumplir  cabalmente   la resolución, pese a  que era la  única operadora que  acumulaba los saldos de los abonados  postpago antes de que se emitiera la disposición.

Para los usuarios el beneficio es significativo. “Cada mes compraba una recarga de 6 dólares, pero en ocasiones perdía  2 ó 3 dólares que no había consumido. Por eso, el último día   tenía que llamar a mis amistades o familiares para no perder esos minutos”, cuenta Lola Aguirre, de 51 años, quien confiesa que le cuesta mucho hacer llamadas desde su  celular pero que lo  necesita   para contactarse  con sus hijos en el exterior.

Para mejorar la calidad de la telefonía móvil, el Gobierno también analizará los techos tarifarios.