El resultado del Global Entrepreneur Monitor (GEM), Ecuador 2013, presentado ayer, en Guayaquil, por la Escuela de Negocios de la Espol (Espae), reveló que 36 de cada 100 ecuatorianos son emprendedores, lo que mantiene al país como el número uno en Actividad Emprendedora Temprana (TEA) en Latinoamérica. Le siguen Chile, con el 24,3%, y Colombia con el 23,7%.

El incremento de la TEA ha sido sostenido en los últimos tres años, pasando del 15,8% en 2009, al 36% registrado en el último estudio que tomó muestras en todo el país.

El GEM mide los negocios, desde su inicio hasta un máximo de 3 años de vida.

A los autores les preocupa, sin embargo, el hecho de que en el 12.1% de los casos el emprendimiento se haya hecho por necesidad, es decir, por no tener otras opciones, mas no por una oportunidad de mejorar, una tendencia también en alza y la mayor en la región.

En Perú y Brasil los emprendimientos por necesidad se encuentran en el 5.25% y 4.95%, respectivamente.

Virginia Lasio, directora de la Espae, dijo que la razón por la cual es importante que se generen nuevas empresas es el impacto que estas tienen en la economía y en la creación de puestos de trabajo.

“Se crean empresas y a su vez otras nacen para servirlas o distribuir lo que hacen las primeras, es toda una cadena”, aseguró.

Pero en el caso de los emprendimientos por necesidad, el impacto es menor. Según el estudio, en el 67% de los casos estos generan únicamente autoempleo.

Guido Caicedo, profesor de la Espae, mencionó que en las áreas rurales es donde se ve mayor cantidad de negocios de este tipo y que por instalarse con montos de financiamiento muy pequeños, son menos sostenibles. De acuerdo al GEM, más de 5,7 millones de ecuatorianos son emprendedores.

Otra cifra analizada es que el 68% de emprendimientos está relacionado con el sector de servicios, como comercios, restaurantes, tiendas y peluquerías, cuya limitante está en que son negocios que crecen con dificultad debido a una mayor competencia. “Lo interesante es que hay este gran grupo de personas que no se queda con los brazos cruzados o esperando un bono, sino que crea negocios y se autoemplea para resolver su problema de la subsistencia”, sostuvo Lasio.

A criterio de Caicedo, si bien el emprendimiento por necesidad cumple con el rol de combatir la pobreza, “necesitamos con urgencia generar más emprendimientos de oportunidad, si queremos salir del subdesarrollo”.

En países como Alemania la tasa de emprendimientos es de apenas el 5%, pero según los investigadores, esa cantidad menor de emprendimientos tiene un impacto mucho mayor porque genera empleo, divisas y tributación para el Estado, ya que tiene un componente mayor de valor agregado e innovación.

El año pasado, en Ecuador los tres principales factores para el emprendimiento fueron la educación, el clima económico y las políticas gubernamentales.

Para Virginia Lasio es un tema complejo y, refiriéndose a los programas gubernamentales orientados a apoyar a microempresas, consideró que se debería pensar en reducir el apoyo a los más pequeños “porque tal vez ya mejoraron” y enfocarse en la tecnología o emprendimientos culturales y de mayor retorno económico.

En cuanto a políticas públicas, la investigadora recordó que actualmente se tramita la Ley Orgánica de Fomento al Emprendimiento, como una iniciativa que brinda un respaldo a este sector.

Sin embargo, considera como una debilidad del país no evaluar los resultados de cada uno de estos programas. “Sabemos cuánto hemos colocado, pero no conocemos los resultados, lo cual no permitiría replicar, extender y fortalecer programas y hacer diferencias entre aquellos exitosos y los que no lo son”, puntualizó.

Según Caicedo, en Latinoamérica en general el emprendimiento por necesidad es muy fuerte, pero hay ciertas diferencias con países donde existe todo un aparato institucional que mejore la probabilidad de éxito.

Uno de los mayores inconvenientes en Ecuador es el financiamiento, aseguró el catedrático.