El gobierno ha definido sus prioridades con la finalidad de optimizar sus recursos en un año que se avizora complejo no solo para Ecuador, sino también para otras economías, incluso las denominadas fuertes como Canadá o Noruega. Se espera que 2016 transcurra con un mínimo impacto en las áreas de interés social como educación y salud, al tiempo que se descartan recortes en sectores estratégicos.

Esto fue lo informado el miércoles, cuando el ministro de Economía, Fausto Herrera, se reunió con la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea, para definir el presupuesto del próximo año.

El Presupuesto General del Estado (PGE), para el año que viene, será enviado a la Asamblea por un monto menor a $ 30.000 millones, más de $ 6.000 menos que el de este año. En contraparte, Herrera señaló que el Estado dejará de importar $ 750 millones en energía, pues se prevé que las centrales hidroeléctricas empiecen a funcionar.

El PGE para 2015 fue de $ 36.317 millones y contempló inversiones superiores a $ 8.100 millones destinadas a proyectos “altamente rentables”, según explicó Herrera.

Bajo estas previsiones, ¿qué ocurrirá con los temas más sensibles después de unos años prolíficos en materia de inversión?

Lo que se suprimirá son las construcciones nuevas, dijo el asambleísta Galo Borja, miembro de esa Comisión, considerando que el presupuesto es casi el 17% menor al anterior. “Será un año austero, en el que se deberá construir lo que sea más importante”, apuntó Borja.

De lo conocido por la Comisión, existe un superávit de cerca de $ 3.000 millones en los ingresos permanentes del Estado, lo que permitirá que el próximo año se cubra la atención regular a estos sectores.

La Constitución especifica que los presupuestos para educación y salud deben tener un incremento anual del 0,5%, lo que, aseguró, se cumplirá en 2016.

Hace 2 semanas el ministro de Educación, Augusto Espinosa, aseguró que 2016 será un año histórico, pues, pese a las adversidades económicas, la inversión en Educación continúa en el país. Esto hace prever que la atención estatal se mantendrá. Los últimos 8 años han sido positivos en materia de educación, con una inversión de $ 20.000 millones en adecuación de escuelas, capacitación a docentes y mejoras en infraestructura. Hasta mayo de este año, se construyeron 51 unidades del milenio, y 300 serán construidas hasta 2017.

El pasado 22 de septiembre, a través del programa ‘Manos a la obra’, inició la edificación de 4 nuevas Unidades Educativas del Milenio (UEM) en las Zonas 2, 3, 4 y 5. Se espera que 100 planteles temporales se construyan con una inversión de $ 100 millones este año.

En el plano de salud, 13 proyectos están actualmente en ejecución, según el Servicio Nacional de Información (SNI).

Estas obras han sido un estandarte de la inversión gubernamental. Por ejemplo solo en el año lectivo 2015 en la Costa, la inversión en los planteles, libros y uniformes, además de la capacitación a docentes bordea los $ 140 millones.

El área de recursos naturales ha sido otro puntal. Se iniciaron operaciones de la hidroeléctrica Manduriacu en marzo de 2015, con un costo de $ 227 millones, que beneficia a unos 10 mil habitantes de las parroquias cercanas de las provincias de Pichincha e Imbabura; el proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, que presenta un avance del 88.72%; el proyecto Sopladora, cuyos trabajos llegan al 90.4% de ejecución, y el Toachi-Pilatón con el 70.86%.

Durante su comparecencia en la Asamblea y al referirse a la ejecución presupuestaria del primer semestre de 2015, Herrera recordó además que este año concluye la ejecución de los proyectos hidroeléctricos, de control de inundaciones, hídricos y la rehabilitación de la Refinería de Esmeraldas.

Plan plurianual ayuda a priorizar

Una forma de cómo el Estado puede ejercer mayor control del presupuesto y su destino es a través del Plan Plurianual de Inversiones. El asambleísta Borja recordó que este programa se establece cada 4 años, y permite dar prioridad a lo que se considera más urgente en materia, no solo de salud y educación, sino también en vialidad, con la construcción de carreteras, por ejemplo.

Según un análisis hecho por Juan Pablo Jaramillo, profesor del IDE Business School, entre las ventajas del plan diseñado para el periodo 2013-2017 está la oportunidad de las autoridades estatales de conocer, evaluar y, si es el caso, corregir toda la planificación, independientemente de la coyuntura que se desprenda.

También norma el Plan Nacional del Buen Vivir y, sobre eso, evita que se tomen decisiones sin financiamiento, y mejorar el ajuste de la inversión al presupuesto, orientando a un modelo de resultados.

El gobierno había proyectado hasta 2017 invertir $ 47.612 millones con el objetivo de disminuir la pobreza extrema y cambiar la matriz productiva. El presidente Rafael Correa, desde el año pasado, hizo referencia a las dificultades que podría enfrentar el país.

“Manifesté que 2014 y 2015 iban a ser años difíciles, pero básicamente en lo fiscal, porque hay que hacer erogaciones (salidas de efectivo) muy fuertes en los megaproyectos, sobre todo hidroeléctricos”, dijo el presidente Rafael Correa.

A este esfuerzo se sumó la coyuntura del bajo precio del crudo, por eso el PGE para 2016 se estructuró con un valor promedio del barril de $ 40. En 2015 el precio fue de $ 75, pero la caída motivó un reajuste por más de $ 2.000 millones.

Hasta octubre del año pasado, el Plan Plurianual de Inversión por gabinete sectorial (2013-2017) contemplaba una inversión total de $ 47.612 millones: $ 6.984 para el sector de Desarrollo Social; $ 43 millones para el de la Política Económica; $ 12.980 para Producción, empleo y competitividad; $ 12.203, para sectores estratégicos; $ 4.529 para Seguridad, entre otros.

Jaramillo considera en su artículo que ambos periodos de inversión (2008-2012 y 2013-2017) son estratégicos y siguen una lógica innegable. Para maximizar las oportunidades de inversión con el cambio de matriz productiva y energética considera necesario volver a la empresa privada como un eje productivo y social, aunque con “un entendimiento estatal de la importancia productiva particular, así como un entendimiento de las compañías sobre el rol estatal de control y proveedor de estructura y seguridades de inversión”. Mientras que Galo Borja estimó que las alianzas público-privadas tendrán un importante rol. (I)

El valor del barril fue $ 45,60

Aumento del precio de petróleo es incierto

Sobre un futuro incremento en el precio del petróleo no hay posturas homogéneas. Si bien el rebote de este mes, luego de los mínimos de $ 37.75 registrados en agosto ha generado un alivio en los países de Latinoamérica productores y exportadores, los informes sobre las reservas de EE.UU. mantienen en un equilibrio constante al precio del barril.

Los futuros de petróleo del WTI ampliaron las pérdidas ayer, tras conocerse que las reservas de Estados Unidos aumentaron a 9,3 millones de barriles, cuando los analistas del sector habían pronosticado unos 2,8 millones.

La cifra total de las reservas de crudo estadounidense estaba en 468,6 millones de barriles la semana pasada, acercándose a niveles no registrados en al menos 80 años. En el New York Mercantile Exchange, el petróleo para entrega en noviembre se situó en $ 45,60 por barril.

El ministro de Finanzas ruso, Maxim Oreshkin, señaló que, en su opinión, el barril podría situarse en un intervalo de $ 40 a $ 60 durante cinco o siete años, sin embargo, esto todavía es incierto.

Para la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es un tema de paciencia, pues vaticina que el crudo subirá unos $ 5 al año hasta alcanzar los $ 80 por barril a medida que los productores de crudo, que ahora incurren en mayores costos, vayan reduciendo su producción. (I)