Representantes del sector alimenticio del país consideran que la medida presentada por el Gobierno sobre el etiquetado para establecer los niveles de grasa, azúcar y sal, así como el contenido de transgénicos, es una medida positiva que debe apoyarse; sin embargo, creen que se deben tomar algunas decisiones por parte de las autoridades para evitar que se afecte a la industria.

Una de las primeras acciones que plantean, es la de una campaña informativa que clarifique lo que busca la medida del Gobierno, para evitar que los consumidores crean que la misma se la está tomando porque los productos son malos.

De su parte, los pequeños emprendedores creen conveniente que se analice la posibilidad de incrementar el plazo para el etiquetado ordenado por las autoridades, o que se les permita poner un adhesivo con las indicaciones que tiene el reglamento. Solicitan utilizar las etiquetas que tienen y así evitar la eliminación de las que ya tienen fabricadas, por cuanto esto les representaría pérdidas.

Este es el caso de Rómulo Delgado, emprendedor que tiene la marca Dulces de Alicia, quien sostuvo que la decisión es positiva porque contribuye a la salud de todos los ecuatorianos, pero  considera que hay un punto sobre el cual se debe ser realista.

Insistió en que ellos, los pequeños emprendedores, necesitan 2 años para terminar las etiquetas que al momento tienen, o que se les permita el adhesivo, ya que en el caso de la empresa Dulces de Alicia, de no aceptarse el planteamiento, esto les ocasionaría una pérdida de alrededor de 4 mil dólares.

Proceso de información

El presidente del sector alimenticio de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria de Pichincha, Hugo Bustos, dijo estar de acuerdo con la decisión gubernamental, al tiempo de señalar que su sector es también partidario de que se lleve adelante un proceso de información para evitar perjuicios.

Sin embargo, el empresario manifestó que la iniciativa tendrá afectaciones, en alguna medida, porque las empresas están abocadas a hacer inversiones fuertes en el tema de etiquetas.

Mientras que la Cámara de Industrias y Productividad, mediante un comunicado de prensa, mencionó que la industria de alimentos y bebidas comparte la preocupación oficial respecto a los problemas de salud que aquejan a la población, pero cree que estos problemas no se solucionarán solamente con el etiquetado de los alimentos procesados.

Además, le preocupa la capacidad operativa y de respuesta de la Agencia de Regulación y Control Sanitario (ARCSA) para atender el cambio de aproximadamente 45 mil productos que se expenden en el mercado nacional.

También duda de la aplicación del reglamento a los productos importados, así como la prohibición al uso de imágenes de personas o animales, reales o ficticias, en productos con contenido alto o medio de nutrientes como el azúcar, la sal o las grasas, porque se está generando un gravamen adicional a ciertos productos.

Bajo estas consideraciones, hacen un llamado a las autoridades para que lleven un proceso continuo de monitoreo y evaluación de los resultados que esta reglamentación produzca en la realidad nacional, sobre todo para que se eduque con objetividad y plena información a la población sobre el contenido de los productos que consume.