Sin horario de trabajo ni remuneración. Tampoco tienen días libres por fin de semana o feriado. Incluso los conceptos capitalistas-mercantilistas las definen como una ‘población inactiva’ porque supuestamente no abonan al aparato productivo. Durante años las amas de casa han sido consideradas como personas que no aportan a la actividad económica del país.  

Desde la aprobación de la Ley de Justicia Laboral, estas mujeres empezaron a escribir una nueva historia en Ecuador.

Nancy Quillupangui es una de las miles de mujeres que trabajan en el hogar. Ella cuida de sus 2 hijos (un niño de 7 años y una pequeña de 4). Su jornada diaria empieza a las 5  de la mañana. Se despierta a preparar el desayuno de su marido, mecánico de profesión, y alistar a su hijo mayor para ir a clases.

Luego de que su esposo sale al taller donde trabaja, y de que su hijo va a la escuela a bordo de un recorrido estudiantil, se encarga de cuidar a la niña y de atender todos los quehaceres domésticos. Su rutina finaliza cerca de las 10 de la noche todos los días.

El pasado 29 de septiembre se enteró por los noticieros que ahora ella también podía afiliarse al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

La noticia la sorprendió porque pensaba que solo podían hacerlo las personas que trabajaban en relación de dependencia, pero al conocer que ahora ese requisito ya no era obligatorio se alegró.

Desde entonces más de mil amas de casa a nivel nacional se incribieron al sistema del IESS para acceder a la jubilación, ya sea por vejez, invalidez o muerte.

Esto es posible por la Ley Orgánica para la Justicia Laboral y Reconocimiento del Trabajo en el Hogar, aprobada en abril de este año.

Uno de sus articulados dice que las personas que realizan trabajo no remunerado del hogar (TNRH) serán consideradas afiliadas desde la fecha de su solicitud de afiliación.

“¿Cómo funciona?”, se pregunta Nancy, pensando que como no recibe un pago por lo que hace no tendría cómo justificar su aportación.

La norma es clara: las personas TNRH pueden afiliarse a través de la página web del IESS: www.iess.gob.ec (ver infografía).

Su aporte se medirá de acuerdo a los ingresos que perciban los integrantes del hogar, es decir por parte del cónyuge. Las cuotas serán desde $ 2 hasta $ 46,90.

De acuerdo a la ley, el pago del aporte personal se debe realizar hasta el 15 del mes siguiente en  las instituciones financieras que tienen convenio con el IESS.

“Este es un progreso, un gran avance de la justicia social”, manifestó el presidente de la República, Rafael Correa, durante el enlace ciudadano 444, realizado el sábado en Quito.

Desde ahí, el Primer Mandatario, junto a Richard Espinosa, presidente del Directorio Ejecutivo del IESS; y Cecilia Vaca, ministra coordinadora de Desarrollo Social, no solo profundizaron en los beneficios y alcances de la afiliación, sino que enfatizaron en que se trata del reconocimiento de un derecho legítimo de las trabajadoras del hogar.

“Es el primer sistema en Latinoamérica que funciona en este sentido”, dijo por su parte Richard Espinosa.

“Emblemáticamente estamos reconociendo un derecho y estamos reconociendo ese trabajo que aportan al desarrollo social y productivo del país”, sumó Cecilia Vaca.

La meta que se plantea el Gobierno a través del Instituto de Seguridad Social, hasta diciembre de este año, es que al menos unos 200.000 TNRH se hayan afiliado.

El objetivo global es cubrir a alrededor de 1’500.000 personas que laboran en estas condiciones.

Con 41 años, Rosario Cruz cuenta que cuando tenía 20 años trabajó durante 3 como cajera en un minimarket, pero lo dejó porque quedó embarazada y decidió dedicarse al cuidado de su hijo y su casa.

Desde ahí su hogar se mantiene con el sueldo que recibe su esposo ($ 500) como guardia de seguridad. “Los años pasan y me preocupa que, al llegar a la tercera edad, la jubilación de mi marido no nos alcance para los 2”.

Al saber de la afiliación para personas en sus mismas condiciones, no dudó en informarse. De inmediato le asaltó una duda: “¿Y si un día me atraso con el pago por falta de dinero?”.

Pues la normativa indica que las nuevas afiliadas y los integrantes de su hogar están excluidos de multas por moras e intereses, así como de responsabilidad patronal.

Para acceder a la pensión por vejez, Rosario, al igual que el resto de afiliadas, debe tener 65 años de edad y al menos 240 aportaciones.

En el enlace ciudadano, Richard Espinosa especificó que las personas que realizan trabajo no remunerado del hogar “podrán acceder a una jubilación entre $ 79 a $ 221 mensuales. Van a tener acceso también a los beneficios de incapacidad y muerte. Eso dependerá de la edad que tenga la afiliada”.

Sobre lo último, la ley ordena que la persona que realiza trabajo del hogar no remunerado, además de cumplir con las condiciones generales de acceso, en el momento de la calificación de la incapacidad permanente deberá tener al menos 6 aportaciones mensuales, para las personas que tengan entre 15 y 25 años.

Quienes tengan edades entre los  26 y 45 años, deberán sumar 36 aportaciones. A partir de los 46 años en adelante, el número de aportaciones deberá ser 60.

Para acceder a la pensión por fallecimiento, el cuerpo legal dispone la aplicación de las mismas condiciones que en caso de invalidez.

En el transcurso del enlace 444, Silvia Maribel Morales, de 27 años, realizó su afiliación para que la ciudadanía conozca cómo era el procedimiento a seguir.

Las aportaciones se componen de la contribución de la afiliada y de un subsidio por parte del Estado.

El presidente Correa explicó que dicho rubro se determina de acuerdo a la categoría de ingreso del núcleo familiar.

Por tanto, el aporte del Gobierno no necesariamente será igual para todos los casos, incluso pueden darse situaciones en que el subsidio sea cero.

Allí se mostró paso a paso que su aportación se calcula tomando como referencia los $ 300 mensuales que recibe su esposo por su negocio como comerciante en las ciudades de Otavalo y Latacunga.

De ese monto se extraen $ 177 como valor base para la cotización. El aporte personal de Silvia es el 5,3% de los $ 177, y el subsidio del Gobierno es de 7,95%, sumando una cotización de 13,25%.

Los resultados del cálculo arrojaron que Silvia aportará $ 23,45 ($ 9,38 de su parte, más $ 14 que abona el Gobierno). Cuando llegue a la edad de jubilación recibiría un valor aproximado de $ 115 mensuales.

Otras beneficiarias

Daysi Tenorio es una de las más de 2 millones ecuatorianos que reciben el Bono de Desarrollo Humano (BDH) por parte del Estado.

Cuando la mujer de 34 años escuchó que el IESS inició el proceso de afiliacion a las trabajadoras del hogar, supuso que como ya contaba con un ingreso fijo por el BDH, no podría inscribirse.

El pasado sábado, la ministra Cecilia Vaca aclaró que las amas de casa que perciben el bono también serán beneficiadas.

“Paralelamente se están afiliando también las beneficiarias del Bono de Desarrollo Humano. Hemos trabajado con el MIES (Ministerio de Inclusión Económica y Social) para que este grupo, que en su mayoría está conformado por amas de casa, también pueda acceder a este derecho de la seguridad social”, informó el pasado sábado.

Al momento, señaló la secretaria de Estado, estarían entrando al Sistema de Seguridad Social alrededor de 230.000 amas de casa.

El proceso inició en las provincias de Manabí y Azuay, y se irá expandiendo progresivamente por todo el país.

En los próximos días se tiene previsto que la Comisión de los Derechos de los Trabajadores, de la Asamblea Nacional, cite al presidente del Directorio del IESS y a la Ministra Coordinadora de Desarrollo Social para conocer los avances del registro para el aseguramiento de las amas de casa. (I)