Los resultados del índice se publicarán anualmente junto a la encuesta nacional de empleo, desempleo y subempleo
La pobreza extrema multidimensional disminuyó el 13,8% desde 2009
Entre 2009 y 2015, la pobreza multidimensional se redujo el 16,5%, lo que significa que 1,9 millones de personas salieron de esa condición. Así lo informó ayer el presidente de la República, Rafael Correa, durante la presentación del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).
Según el estudio, la tasa de pobreza multidimensional en diciembre de 2015 llegó al 35% frente al 51,5% del mismo mes en 2009. En cambio, la tasa de pobreza extrema multidimensional bajó el 13,8%, pasando del 28,6% en 2009 al 14,8% en 2015. Es decir que 1,8 millones de personas dejaron de ser pobres extremos.
El IPM es una nueva métrica que identifica a la pobreza como la privación simultánea de varios de los derechos del Buen Vivir de los hogares ecuatorianos. Está compuesta por cuatro dimensiones: educación, trabajo y seguridad social, agua y alimentación, y hábitat, vivienda y ambiente sano. Sus variables están organizadas en 12 indicadores que miden la situación ciudadana.
Correa indicó que no se puede producir el índice antes de 2009 porque las encuestas no incluían la formalidad de las preguntas. Según la metodología del IPM, se considera como pobre multidimensional a la persona que se encuentra privada de al menos 4 de los 12 indicadores. Mientras que se entiende por pobreza extrema multidimensional la vulneración de al menos el 50% de indicadores.
De ahí su conclusión de que “la pobreza socioeconómica se resolverá, fundamentalmente, con un cambio en las relaciones de poder y en las estructuras de exclusión vigentes”.
Con la nueva herramienta, la medición de la pobreza no se concentra en el nivel de ingresos, sino que observa factores sociales que influyen en las condiciones de vida de los ciudadanos. Esto permitirá apreciar cuáles son las barreras estructurales que un mayor y mejor ejercicio de derechos.
La comprensión multidimensional de la pobreza tiene sentido porque las métricas basadas en capacidades y derechos abarcan una pluralidad de aspectos de la vida de los seres humanos en su contexto social, afirmó el Jefe de Estado.
De acuerdo a ello, la metodología estima que si bien los recursos (monetarios) son esenciales para salir de la pobreza, aquellos no son un fin en sí mismo. “El objetivo de la sociedad no está en la acumulación de bienes, sino en vivir una vida plena y feliz”, sentenció el Presidente.
La premisa es la equidad, el bien común. Recordó que al empezar su mandato, en 2007, Ecuador era uno de los 3 países con mayor desigualdad del continente. La aplicación de políticas sociales con un adecuado tratamiento de los recursos, posibilitaron que el país mejore sus condiciones y, actualmente, se ubica entre las 3 naciones más equitativas con Uruguay y Venezuela.
Explicó, además, que la medición de la pobreza por volumen de ingresos puede resultar inexacta ya el crecimiento económico no necesariamente implica una mejora en el nivel de vida de los ciudadanos.
Por eso Correa mencionó la importancia de haber implementado un sistema tributario progresivo “donde el que más tiene debe pagar más”. Los ingresos obtenidos por esta vía deben servir para financiar, a través de un adecuado gasto público, igualdad de oportunidades para todos, dijo.
En este aspecto, su discurso apuntó al objetivo que se persigue con la Ley de Herencias: redistribución de la riqueza. Pero los esfuerzos no se quedan ahí. También se trabaja para incrementar la capacidad productiva del país, utilizando como medio el acceso al conocimiento, la ciencia y la tecnología.
La pobreza como carencia de bienestar
En IPM ecuatoriano está basado en una serie histórica de datos que comienza en 2009 porque a partir de ese año se pueden medir los 12 indicadores de una manera robusta y confiable. Su elaboración implicó un trabajo de dos años en el cual se recibieron aportes de expertos nacionales y extranjeros.
José Rosero, director del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), dijo que el principal motivo de construcción del IPM es la existencia de una brecha entre las formas de conceptualizar y de medir la pobreza.
Conceptualmente, agregó Rosero, la pobreza se define como un estado de carencias dentro del espacio de bienestar. El error es que el país ha utilizado una medida unidimensional que, a través del ingreso y el consumo, cataloga a una persona como pobre cuando carece de recursos monetarios que son indispensables para satisfacer sus necesidades más básicas.
“Esta concepción olvida que la pobreza monetaria, así como los recursos monetarios, son apenas un medio para un fin último, que es justamente el bienestar o el goce pleno de los derechos”, afirmó el funcionario.
Para ello se requieren medidas que, además de poder describir el fenómeno de la pobreza en todos sus aspectos, sean útiles para el diseño y la evaluación de políticas públicas. En ese sentido, el IPM puede ser entendido como una aproximación cuantitativa a la vulneración de derechos constitucionales. Aquel permite contestar tres preguntas sustanciales en el ámbito socioeconómico: ¿cuántas personas son pobres? ¿qué tan pobres son esas personas? y ¿por qué son pobres?
La respuesta a la segunda y tercera pregunta proviene de la descomposición de los 12 indicadores del IPM, que señala que en los últimos seis años se redujeron 10 puntos en la escala del índice, pasando de 27 a 17 puntos. En conclusión, hay menos pobres y estos sufren en promedio menos privaciones.
Entre los indicadores que mayor variación registraron está el Logro Educativo Incompleto (no culminación de los estudios hasta el bachillerato), que bajó del 3,8% en 2009 al 2,7% en 2015. Es decir, existe un menor número de personas que no concluyen el bachillerato.
Las 12 variables que integran el IPM se publicarán anualmente con datos a diciembre de la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu). El INEC precisó que seguirá produciendo estadísticas sobre pobreza por ingresos y por consumo porque el IPM es una métrica complementaria.
Método de medición
Sabina Alkire, directora de la Iniciativa de Pobreza y Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford, con James Foster, desarrolló el método de medición de la pobreza multidimensional Alkire-Foster.
Esta técnica es empleada en 6 países de la región, que incluyen Ecuador, Colombia, Chile, México, Costa Rica y El Salvador. En cambio, el IPM está recién en proceso de construcción en Perú, República Dominicana y Uruguay.
De acuerdo al INEC, el enfoque multidimensional de la pobreza forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el primero de los cuales establece “poner fin a la pobreza en todas sus formas y dimensiones al 2030”.
Alkire reflexionó sobre cómo el IPM constituye un aporte importante para la comprensión de las carencias que aquejan a la población en un país en desarrollo. Destacó que la desagregación de los indicadores permitirá identificar quiénes son las personas más pobres y si su pobreza se reduce más rápido que en el resto. (I)
DATOS
La línea métrica multidimensional es el porcentaje de privaciones, a partir del cual un hogar es identificado como pobre multidimensionalmente.
La pobreza monetaria mide la privación de medios, no la privación de capacidades o del goce de los derechos. Con el índice, si una persona está privada en uno de los 12 indicadores, todos los miembros del hogar también están privados.
Si una familia de cuatro miembros experimenta un total de 7 privaciones se la considera como un hogar multidimensionalmente pobre extremo.
Cada una de las 4 dimensiones del índice aporta con el 25% al momento del levantamiento de los datos de los hogares. Los indicadores revelan cómo y en qué medida una persona está imposibilitada de acceder a sus derechos.