Juan Carlos Sánchez. Propietario de Lubricentro 2
“El banco consideró la aplicación de protocolos”
Este negocio tiene 27 años y se dedica a la lubricación vehicular. Está ubicado en Guayaquil, en la av. Plaza Dañín, de la ciudadela FAE. Dentro de los primeros meses del año, nosotros normalmente adquirimos mercadería para tener en stock para los tres siguientes meses. Parte de esa mercadería la despachamos en febrero, y con la llegada de la pandemia, todo lo que nos quedaba quedó embodegado.
El 17 de marzo tuvimos que cerrar todas nuestras operaciones. Sin embargo, durante esa paralización, cumplimos con el pago de sueldos y utilidades del 2019 a los empleados.
Adicionalmente, cumplimos las obligaciones con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y con el Servicio de Rentas Internas (SRI). Eso originó que las cuentas en el banco se sequen porque no teníamos otros ingresos. Además, los proveedores empezaban a reclamar sus pagos. Entonces para eso nos sirvió el crédito Reactívate Ecuador.
Inicialmente me acerqué a una agencia del Banco del Pacífico en Urdesa y me dieron un correo electrónico para enviar toda la información requerida. Pero después de haber entregado la documentación, me dijeron que el proceso había cambiado y que tenía que hacerse en la página web. Sin embargo, luego de eso, el trámite fue ágil; me pidieron un par de aclaraciones, y en unas tres semanas fue aprobado por el monto de
$ 25.000 que fue lo que pedí.
Los destinamos para mantener la nómina y pagar a proveedores. Con ellos tuvimos que llegar a acuerdos porque con el afán de reactivar la economía, bajaron los precios de los productos cuando yo ya había comprado a valores más altos. Entonces llegamos a un acuerdo para pagar lo que les debo y ellos me hicieron una nota de crédito para igualar el precio y no quedarme con una mercadería más costosa.
Nosotros ahora estamos en 70% de normalidad. El mercado todavía está reprimido porque la gente lamentablemente ha perdido sus trabajos y/o han vendido sus vehículos.
Antes de la emergencia hacíamos un promedio de 30 a 35 cambios de aceite diarios, ahora estamos entre los 23 y 25. También modificamos el horario de atención para compensar un poco. Antes teníamos movimiento hasta las 19:00, pero ahora atendemos hasta las 17:00. Eso implica no pagar horas extras, pero los salarios se han mantenido.
Una de las preguntas que me hicieron en el banco fue sobre los protocolos de seguridad sanitaria en el negocio. Nosotros cumplimos con todo lo dispuesto por el COE, como el uso de mascarillas y trajes especiales. (O)