Testimonio de emprendimiento
“Fue difícil la situación, pero ya nos estamos reactivando”
Soy Yadira Quevedo, de Pedernales-Manabí, hace seis años llegué a la ciudad de Guayaquil con mi esposo y mis hijos, emprendimos el negocio de un asadero de pollos en la parte sur de la ciudad, cerca del Puerto Marítimo.
Nuestro local se llama Pollos a la brasa de Chelos. Ofrecemos pollo asado, arroz con menestra, aguado de menudencia, todo lo que se refiere al acompañante del pollo.
El covid-19 afectó a todos sin mirar países grandes o pequeños, ni color ni raza, y Ecuador no fue la excepción. El 16 de marzo dejamos de atender al público, nos mantuvimos encerrados en los dos siguientes meses. El 15 de mayo volvimos a trabajar, pero solo ofrecíamos nuestro producto para llevar a domicilio. Nos daba mucho miedo, nos habíamos cuidado tanto que temíamos contagiarnos con el virus.
Luego empezamos con una nueva modalidad de trabajo, empezamos a atender al público con los protocolos y normas de bioseguridad que exigía el COE Nacional, pero fue muy difícil. Nosotros, antes de la pandemia, teníamos unas ventas que alcanzaban para nuestros gastos y para mantener a las personas que trabajan con nosotros.
Ahora las ventas no llegaban ni al 50%, teníamos deudas, dos meses con cero ingresos, no habíamos pagado arriendo, servicios básicos, más las deudas adquiridas anteriormente; fue muy duro. Anteriormente trabajaban con nosotros seis personas, en el área de la cocina, preparación de alimentos, atención al cliente y un cajero.
Actualmente ya no contamos con todo ese personal, la situación se salió de las manos, no nos alcanzó el dinero y les estábamos debiendo esos meses.
Sobre el crédito Reactívate Ecuador nos enteramos porque vimos en cadena nacional al presidente de la República, Lenín Moreno, decir que se iba a ofrecer créditos para reactivar los pequeños negocios.
De inmediato, empecé a buscar por internet la información, en el banco me dijeron que estaban en etapa de publicidad, que en pocos días ya se podía aplicar, y así fue, se habilitó la página y pude conocer los requisitos para luego aplicar en línea.
Me puse a trabajar y conseguí todo. Los documentos no fueron complicados, por ejemplo, se requiere del RUC, cédula de identidad, planilla de servicio básico, declaración de Impuesto a la Renta 2019 o declaración mensual de IVA y el plan de negocio.
Con las especificaciones que dio el banco, todo estaba claro. Envié la información y en pocos días un asesor se comunicó conmigo, conseguí un requisito pendiente y en dos semanas me aprobaron el crédito.
El máximo de dinero para nosotros los microempresarios era $ 30.000, nos la jugamos y nos lo aprobaron a tres años de plazo con seis meses de gracia.
Parte del dinero sirvió para pagar facturas pendientes; antes de la pandemia habíamos hecho pedidos grandes de pollos a crédito, no pudimos pagar ese producto, que al final tuvimos que donarlo, porque caso contrario se echaría a perder.
También hemos pagado las deudas con los trabajadores, aun no alcanzamos los niveles normales de ventas, pero de a poco nos estamos recuperando, pronto esperamos contratar a todo el equipo, pues ellos necesitan trabajar y llevar el pan a sus hogares, pero es un proceso y vamos a salir adelante todos. (I)
Yadira Quevedo
Pollos a la Brasa de Chelos