Para muchas jóvenes seguir estudios universitarios ha dejado de ser una prioridad. Esto se debe al tiempo que conlleva culminarlos y al costo que representa. Por ello buscan alternativas.

Primero se analizan las plazas de trabajo y las posibilidades de generar algún emprendimiento y la duración que demanda la capacitación. Una posibilidad es la formación artesanal en belleza.

Carolay Cobos, estudiante del Centro de Técnicas Colombianas para la Belleza “Pauline”, manifiesta que en primera instancia intentó ingresar a la universidad, pero como no lo logró, decidió inscribirse en la carrera de belleza.

Explica que conocía algo del oficio, pero prefirió capacitarse. “Yo lo hacía para mí empíricamente, pero no me iban a dar trabajo si no obtenía el título artesanal”.

Estefany Restrepo, docente de la institución, detalla que en el lugar se otorga el título de Maestra Artesana en belleza. Esta una de las principales causas por la que acuden cientos de mujeres con el objetivo de instruirse en esta área, considerada una de las más lucrativas.

Restrepo indica que la institución también oferta cursos cortos en  alta peluquería, peinados, colorimetría y corte para damas y caballeros.

Estos cursos duran entre mes y medio y dos meses.

Otra ventaja que tiene el oficio es la facilidad de emprendimiento. Así lo reconoce Karen Estrada, una joven madre emprendedora.

Para ella aprender belleza hizo le dio un giro positivo  a su vida; instaló una pequeña peluquería en su hogar. Así comenzó a trabajar desde la comodidad de su hogar, sin descuidar su rol de madre.

En Guayaquil existen 42 centros de formación artesanal certificados por la Junta Nacional de Defensa del Artesano (JNDA). “Es recomendable que al inscribirse en uno de estos establecimientos se verifique su legalidad”, señala Gerardo Palomeque, funcionario en dicha institución.

Palomeque añade que para ser docentes en los centros de formación artesanal se requiere el título de maestros y realizar el curso de formadores avalado por la JNDA. (I)