El representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Raúl Benítez, estuvo de visita en el país y mantuvo reuniones con delegados del Gobierno en torno a diversos temas.

Uno de estos fue la celebración del Año Internacional de la Quinua, gramínea que busca convertirse en una de las cartas de presentación de la oferta gastronómica y exportable de  Ecuador. Además trató temas relacionados al trabajo que el régimen ha realizado para garantizar la seguridad alimentaria. Sobre estos y otros temas, el delegado dialogó con diario El Telégrafo.

¿Cómo mira la FAO el trabajo que realiza  el Gobierno en su lucha contra el hambre?
Ecuador trabaja bien en su lucha para erradicar el hambre. El compromiso político es muy alto, de parte del Presidente y el Parlamento, pues todos colaboran en el tema. Han formulado líneas de acción de Gobierno y la FAO aporta en el desarrollo de este plan  para saber qué hacer para simplificar las tareas.

¿Cuáles son los aspectos más destacados que ha encontrado en su visita al país?
La lucha contra el hambre y el trabajo se orienta al futuro del país, el presidente Rafael Correa le ha puesto énfasis sin precedentes al tema en Ecuador y tiene  un buen equipo a su servicio.

¿Considera que el crecimiento del 5% del PIB en 2012 influye en la mejora del modo de vida de la población?
Las mejoras económicas que se observan en el país se traducen en mejoras en las condiciones sociales. Eso no solamente está en la infraestructura, sino en el apoyo que el Ministerio de Agricultura brinda a los pequeños productores, la preocupación constante por tratar de implementar seguros que les permita rehacer su capital de trabajo en caso de siniestros. Estas son preocupaciones  importantes que se observan en el Gobierno.

Aquello se enmarca dentro del cambio de la matriz productiva que es uno de los principales ejes de acción del Gobierno de Rafael Correa, ¿considera que sea un beneficio para los agricultores?
El país trabaja fuertemente en esta dirección, por lo que día a día me sorprendo gratamente por la importancia que tienen los productores en Ecuador. Pero esto no beneficia solamente a los ecuatorianos, sino también al resto de Latinoamérica y el Caribe, pues vemos cómo se lucha para que el modelo de desarrollo económico sea inclusivo.

¿Cuál es la importancia que toma en este contexto la agricultura familiar?
A la agricultura familiar muchas veces se la asocia con la agricultura de los pobres  y esto no es así, pues es un modo de producción que permite retener a la población en su lugar de origen, no se va del campo, pero hay que generarles instrumentos para que puedan tener acceso a tecnologías, financiamiento y mercados. Estamos acostumbrados a que el capitalismo genera estas condiciones pero para unos pocos grandes, es necesario que generemos esto para las familias. Ahí tenemos que pensar en escalas distintas, pues con una línea de financiamiento grande no los vamos a apoyar, pero sí con microcréditos.

¿Cuánta gente padece de hambre en la región?
El principal objetivo que tenemos es erradicar el hambre, pues en la región hay cerca de 47 millones de personas hambrientas. El problema radica en que un chico mal alimentado que va a la escuela, gran parte de los conocimientos que se transmiten no la podrá retener, pues si le falta hierro puede disminuir su coeficiente intelectual hasta un 15%. Tenemos que mandar bien alimentados a los niños para que puedan aprender, sino la inversión realizada en educación no rinde lo que debería. Entonces en un futuro no será una buena fuerza de trabajo.

¿Qué han encontrado en Ecuador?
Acá hemos encontrado un excelente campo para trabajar conjuntamente, pues no ha habido una intromisión del Gobierno, pues tenemos una visión compartida del problema alimentario y obviamente la FAO quiere ayudar a resolverlo rápido.

¿Latinoamérica es la región del mundo que más avances ha tenido contra el hambre?
No en todas las regiones del mundo se ha disminuido el hambre, solo en América Latina se ha podido hacer. Esto es muy bueno, pues además se observa el fuerte compromiso que hay con la seguridad alimentaria.

¿Se debe controlar a las cadenas productivas para evitar la especulación y abusos?
Tenemos que analizar las cadenas de comercialización, debemos ser conscientes de que en varios casos el esfuerzo de muchos se ve concentrado en las manos de pocos, lo cual es totalmente injusto. Es necesario trabajar en las cadenas de manera que cada uno se lleve la parte que le corresponde, que los productores tengan una adecuada rentabilidad, que los intermediarios se lleven lo justo y que los sectores que agregan valor también deben tener su retribución, y lo mismo para el comerciante final, pero todo articulado, pues no es justo que el productor obtenga migajas del precio que paga el consumidor porque no estamos en el peor de los mundos.

Es el Año Internacional de la Quinua, ¿cuál es la posición de la FAO al respecto?
Estamos contentos con eso, pues hablamos de un producto nuestro, pues hemos colocado en la vitrina internacional un alimento que representa a los Andes, además de sus propiedades nutritivas, pues reúne los aminoácidos indispensables para el desarrollo, tiene vitaminas y minerales por encima de otros productos. También representa un reconocimiento a las tradiciones indígenas. La quinua ha sido incluso denigrada, pues se decía despectivamente que era la comida de los pobres.

¿La quinua tiene un potencial exportable?
Actualmente, la quinua se cultiva en 70 países del mundo, pero la producción más importante está en Ecuador, Perú y Bolivia, pero vemos que la región tiene un enorme potencial para trabajar con la quinua, no solamente para garantizar la seguridad alimentaria de las poblaciones que la cultivan, sino también para poder acceder a mercados internacionales con excelentes precios. El Año Internacional de la Quinua será una vidriera para mostrar y avanzar fuertemente en el desarrollo de este producto.