En los últimos años el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) logró una expansión sin precedentes y se convirtió en una gran fuente de generación de empleo.

Según las cifras registradas en el Servicio de Rentas Internas (SRI), entre 2007 y 2014 las ventas de las Mipymes subieron de $ 946 millones a $ 28.089 millones; el número de medianas empresas se incrementó desde 4.865 a 9.081; y la cantidad de Mipymes aumentó de 99.523 a 115.071.

Según los datos más recientes del directorio de empresas y establecimientos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Inec), 5 provincias albergan el 62% de las Mipymes del país. De manera más específica, el 23,9% de esas empresas está en Pichincha; el 18,5% está en Guayas; el 8,6% en Manabí; el 5,6% en Azuay y el 5,1% en Tungurahua.

Debido a sus potencialidades, este segmento de la economía ha recibido apoyo por parte de las financieras públicas y privadas. Entre estas, por ejemplo, se encuentra Produbanco, una entidad bancaria que decidió crear recientemente un producto exclusivo para las Pymes.

Se trata de una tarjeta de crédito dirigida exclusivamente a este sector y que permite acceder a capital de trabajo de forma inmediata. Este crédito tiene un interés menor al  cobrado para consumos ordinarios, según explicó Christian  Jaramillo, funcionario de la entidad.

El cupo de la tarjeta depende de la capacidad económica de cada una de las empresas; sin embargo, hasta el momento, en promedio, el crédito concedido llega a $ 20 mil.

Durante la primera entrega, 900 empresas clientes del Produbanco obtuvieron créditos y el número de usuarios podría ampliarse mucho más. Según José Ricaurte, vicepresidente de Banca Minorista, su entidad tiene un registro aproximado de 25.000 Pymes.

Dentro de aquella cifra se contempla a 2.000 personas naturales, pero que tienen sus propias pequeñas empresas, informó Ricaurte.

Según datos proporcionados por Produbanco, el 51% de su cartera minorista incluye a personas naturales relacionadas con las Mipymes. Para este grupo, la nueva herramienta crediticia les permitirá acceder a beneficios exclusivos como: tasa de interés diferenciada, avances en efectivos recurrentes para capital de trabajo, personalización de cupos para consumos normales y capital de trabajo, y acceso sin costo a las salas VIP localizadas en Quito y Guayaquil.

Con respecto a los posibles usos de aquella tarjeta, Fernando Echeverría, un importador de piezas para transporte pesado, indicó que su empresa tiene un carácter familiar. “Por eso, obtener un  crédito a una tasa menor a la ordinaria es un beneficio que hay que aprovechar”.

Para José Moreira, quien es fabricante de bloques en una empresa familiar con 60 años de funcionamiento, lo más importante en su actividad es obtener un crédito en condiciones y con tasas que consideren las características de las Pymes.

Indica que, “no uso mucho crédito porque en mi actividad se maneja más el efectivo. Sin embargo, a veces sí hay ciertos montos con proveedores que pueden ser pagados con crédito. También existen otros gastos frecuentes. Para ambos casos, utilizaré la tarjeta”. (I)