Emprendedoras se abren paso con la moda étnica
Tres mujeres emprendedoras apuestan en el mundo de los negocios con sus habilidades en diseño y creación de alpargatas, bisutería y ropa, empleando para su elaboración materiales locales que refleja la cultura ecuatoriana. A esto se lo conoce como moda étnica.
Dos de ellas, Verónica Díaz y Andrea Samaniego, tienen poco tiempo en el mercado. Haide Reinoso, en cambio, tiene 12 años de experiencia. La aceptación de sus productos las motiva a plantearse grandes metas.
Decidieron unir sus marcas para promocionarse en conjunto porque sus artículos se complementan. El pasado 20 de julio protagonizaron un desfile en Quito.
El valor agregado que imprimen en su mercadería es que con sus diseños promueven la diversidad nacional. No hacen producciones en serie.
Sus historias son el reflejo de que emprender un negocio requiere de perseverancia, esfuerzo y paciencia, características indispensables para sobrellevar los contratiempos que se presentan en el camino.
El último informe del Global Entrepreneurship Monitor (GEM), que mide el emprendimiento en 66 países, señala que en 2016 Ecuador, por segundo año consecutivo, registró la tasa de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) más alta de América Latina, con el 31,8%.
Verónica es la diseñadora y propietaria de Veri’d Alpargatas y Accesorios. Empezó hace 5 años colocando implementos en alpargatas.
Paulatinamente fue abriéndose espacio ofreciendo mayor variedad. Ahora está experimentando con la elaboración de blusas y camisetas. Aquello le significó incrementar el número de colaboradores de 2 artesanos a 10, más una fábrica pequeña para confeccionar indumentaria y complementos.
“Aunque los mercados son muy competitivos, no hay que tener miedo. Nadie nos quita a los ecuatorianos la creatividad para ser emprendedores”, aconseja a quienes están iniciando o tienen deseos de emprender.
Los retos son muchos y a veces van cuesta arriba, confiesa Verónica. Pero contrariamente a desanimarse, aquello la motiva a no desistir. Busca consolidar su marca en el mercado interno, al mismo tiempo que trabaja para tener oportunidades concretas en el extranjero.
“Esto es un tema de consistencia, porque puedes brillar con algo, pero hay ser constante, dedicado. La pasión que le pongo a esto es lo que me ha mantenido. No importa el producto o servicio que den, hay que hacerlo con amor, con pasión. Ese es el éxito, creo yo”, resumió Verónica.
Andrea, en cambio, elabora bisutería artesanal. Hace 2 años decidió crear la marca Nina Folk obteniendo el agrado de clientes nacionales y extranjeros, lo que le ha permitido exhibirse en las principales galerías del país. Está en negociaciones para llevar su producto a México y Estados Unidos.
Todo eso lo está consiguiendo con el apoyo de 2 personas más, una de ellas es su mamá. Andrea se encarga de la parte creativa, un artesano se dedica a la producción y su madre es responsable de la gestión administrativa.
“Al principio es complicado emprender. Se necesita tener conocimientos básicos en administración. Puede resultar compleja, por eso recurro a otra gente”.
Comenzó en la rama de artesanías confeccionando muñecas con trajes típicos de Ecuador. Tiempo después incursionó en la bisutería.
Andrea observa con entusiasmo que en la actualidad las tiendas y locales comerciales están fijando su mirada en los productos nacionales que tengan un sello distintivo.
De hecho, mercados internacionales, como el europeo, aprecian bienes hechos con materiales reciclables, amigables con el ambiente y que sean propios de cada región, además de que su fabricación implique procesos que tengan como protagonistas a artesanos o comunidades.
Lo difícil de ingresar a estos espacios, comentaron las 3, es cumplir con ciertos estándares de calidad y una producción mínima sostenida que piden las cadenas comerciales, para lo cual requieren financiamiento. Es ahí donde se presentan inconvenientes.
El reporte del GEM revela que el financiamiento es un factor de debilidad. El uso de fondos propios, que es la fuente más importante de los ecuatorianos, fue del 93% en 2016.
El financiamiento externo más empleado para conseguir inversión son los bancos con 45%. Por otro lado, el 33% recurrió a familiares y el 5% acudió a amigos -en ambos casos son considerados inversionistas informales-.
La dificultad de acceder a créditos en el sistema bancario ha empujado a algunos emprendedores a obtener capital a través de usureros, una alternativa peligrosa.
Así lo reconoció Haide, quien asumió las riendas de la marca Tribu hace 4 años, tras el fallecimiento de su hermano, creador de la línea de ropa.
“Han sido 12 años de lucha. Aquí todo tienes que hacer solo. Nos hemos tenido que endeudar, armar nuestros negocios solos, viajar a ferias a otros países. Nunca hay que rendirse. No ha sido fácil, pero seguimos”, dijo orgullosa del éxito y reconocimiento que la marca ha ganado dentro y fuera del país.
La evolución del negocio se fue consolidando con el paso de los años. Cuenta con 3 talleres donde laboran 50 personas, aunque en su mejor momento llegó a dar empleo a 150 trabajadores.
Tribu ha logrado exportar sus productos a Estados Unidos, España, Italia y Alemania. Está en proceso de comercializarse en Argentina y con México prepara un proyecto grande, del cual prefirió no adelantar detalles hasta que el negocio se concrete por completo.
“Nuestra meta es no parar, porque la gente lo pide. Nuestros diseños son únicos, casi no repetimos. Lo nuestro es ser variado”, manifestó Haide, antes de participar en el desfile. (I)