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Ecuador, 02 de Febrero de 2025
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El Telégrafo
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La presidenta rousseff envió un plan de austeridad al congreso para controlar el déficit fiscal

Brasil afronta la caída de precio de las materias primas devaluando su moneda

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En diciembre de 2014 la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pronosticaba que la caída de los precios en las principales materias primas afectaría a América Latina. Este anuncio lo hizo en Quito. En ese entonces ya se avizoraba un descenso en el valor de las principales commodities agrícolas, debido al exceso de oferta generado por la cosecha récord de granos en Estados Unidos.

“Siempre que los precios de los commodities caen, impacta a los países predominantemente productores de commodities”, indicó Rousseff a los periodistas, tras una cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Cerca de un año ha transcurrido desde la declaración y al parecer Rousseff acertó en sus pronósticos.  Brasil en lo que va de 2015 ha tenido un bajón de 3% en su crecimiento, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Entre las principales razones constan el cese del boom de las commodities, afectados por la caída del precio del petróleo, soja y mineral de hierro.

“Los movimientos de los precios de materias primas fueron dramáticos, en parte por los cambios en la economía de China, lo que afecta con particular fuerza a países de bajos ingresos exportadores de materias primas”, explicó el informe semestral del FMI titulado ‘Ajustándose a precios más bajos’.

El organismo también recortó sus previsiones de crecimiento en la economía mundial por segunda vez este año. En el caso de Brasil decretó un decrecimiento de 1% en 2016.  El déficit de ingresos, según el Gobierno brasileño, es cubierto por la devaluación del real frente al dólar. Esta devaluación llegó a 48% en lo que va de este año y hoy el real es cotizado a 3,85%, tras haber logrado el récord histórico de 4 reales por dólar estadounidense.

La pérdida de valor de la moneda del gigante sudamericano sobre la inflación que llegará este año a 9,25%, según las previsiones de la autoridad monetaria brasileña, un valor alto para la economía del país.

“El 60% de lo que exporta Brasil es de commodities. Eso se dio en la primera década del siglo, hoy el país está en una situación de retomar su agenda de exportaciones a través de manufacturados, pero ahora se perdió espacio para esto, sobre todo por la posición de China”, dijo a EL TELÉGRAFO Lia Valls, del Instituto brasileño de Relaciones Económicas de la Fundación Getulio Vargas.

La primera economía de América Latina es el segundo exportador mundial de mineral de hierro (la mayor  parte para China) y de soja (para toda Asia).

Según perspectivas del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Brasil dejaría de ganar $ 25.000 millones en exportaciones de materias primas como el complejo soja, mineral de hierro y petróleo y derivados.

El precio mineral de hierro, cuya locomotora es la compañía Vale, privatizada en la década del 90, retrocedió el 51% en lo que va del año. La empresa reportó en el segundo trimestre del año que sus ganancias habían caído, alcanzando solo los $ 6,6 billones.

Mientras que la reducción del precio de la soja fue de 24% respecto a julio de 2010 y el petróleo cayó un 47% en los últimos años.

La balanza comercial brasileña, que fue deficitaria en 2014, debe generar mejores productos para exportación, apuntan especialistas como Valls.

El instituto de estadísticas de Brasil informó en agosto pasado que la producción industrial en junio cayó 0,3%, con respecto a mayo y  el 5% en comparación al índice anual. Las principales bajas fueron registradas en los sectores de máquinas y equipamientos (-7,2), equipamientos e informática, productos electrónicos y ópticos (-12,7) y autos y carrocerías (-2,8).

Otra de las medidas para afrontar la caída en las exportaciones es el plan de austeridad propuesto. En días pasados el exmandatario Inácio Lula da Silva llamó a los congresistas, incluso a varios de su  propio partido PT que apoyen las medidas de recortar el gasto público y los beneficios fiscales otorgados al sector exportador y a la industria química.

La mayoría de legisladores se opone al impuesto CPMF, a las operaciones financieras, que aumentaría los ingresos en 30.000 millones de reales al año ($ 7.860 millones). La meta del Gobierno brasileño es recuperarse del déficit de 0,5% proyectado en 2016.  y lograr un superávit primario de 0,7%. (I)

Lea mañana: ¿Cómo ha afrontado el Gobierno chileno la caída del precio del cobre? 

 

 

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