Arabia Saudita considera que el mercado petrolero se regulará solo
La reunión de la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP), prevista para mañana en Viena, parece ir tras un objetivo común: presionar por un recorte en la producción de crudo que estabilice los precios venidos a menos desde mitad de año.
El pedido colectivo tiene como principal blanco a Arabia Saudita, sin embargo el panorama se ensombreció tras las declaraciones ayer del ministro de petróleo saudí, Ali al-Naimi, en el sentido de que la OPEP no debería recortar la producción, pues el mercado “va a equilibrarse solo eventualmente”.
Según reportes internacionales, la posibilidad de que la OPEP acceda al pedido de los demás socios es limitada por lo que se vislumbra una reunión difícil.
En el caso de Venezuela y Ecuador se prevé una propuesta conjunta al organismo. Virgilio Hernández, asambleísta del partido de Gobierno, señaló a comienzos de semana que la reunión de mañana es de suma importancia para el país, pues por cada dólar que cae el precio se pierden $ 153,4 millones y se reducen a $ 70 millones los ingresos del presupuesto estatal.
Desde junio, los precios han ido en picada. La variedad Brent perdió el martes 17 centavos y bajó a $ 78,16 el barril, mientras que el Texas (de referencia para Ecuador) cerró a $ 73,85 después de perder 24 centavos, luego de sobrepasar los $ 100 a inicios de año.
Se estima que el nivel oficial de producción, entre los 12 miembros de la OPEP, es de 30 millones de barriles de crudo al día (mbd).
La poco clara postura de Arabia Saudita, el mayor productor mundial de crudo, hace que la reunión se vislumbre difícil.
¿Posturas deliberadas?
En esta crisis de mercado que tiene incómodo al mundo, cada quien tiene sus propias conclusiones.
Para Irán, el “sobreabastecimiento” de crudo es una acción deliberada que busca minar su economía actualmente golpeada por sanciones internacionales.
El ministro de Petróleo de ese país, Bijan Zanganeh, tiene en agenda una reunión con su homólogo saudí, para hablar sobre su participación de mercado, pues prevé incrementar su exportación luego de que se levanten las sanciones internacionales.
Pero se especula que Arabia Saudita, con reservas financieras estimadas en unos $ 750.000 millones, no solo pueda aguantar a corto plazo el desplome del precio, sino que termine por beneficiarse de la situación.
De hecho, ya ha reducido las tarifas que cobra a las refinerías estadounidenses por su crudo, en un intento de recuperar el mercado perdido con el “boom” del petróleo de esquistos que se obtiene a través del fracking o fractura hidráulica.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ha catalogado esta técnica de “salvaje” y acusa a Estados Unidos de conspiración, pues -a su criterio- tiene el objetivo geopolítico de golpear a Rusia y generar la baja de los precios del petróleo.
La producción de EE.UU. creció con la fractura hidráulica un 56%, al alcanzar los 3,6 millones de barriles diarios.
“Están desesperados por golpear a Rusia (...) Están desesperados porque China ya los multiplica en producción y Rusia también va en ese camino”, aseguró Maduro hace poco.
No obstante, la posición rusa no es favorable. Según especialistas, el país euroasiático enfrenta problemas logísticos que le impedirán disminuir su producción y sumarse al pedido de los demás países, así la OPEP lo exigiera.
Según la analista Valery Nesterov, en una publicación de la CNN, Rusia no ha construido nuevas instalaciones para almacenar su crudo y tampoco puede disminuir su bombeo porque sus pozos literalmente se congelarían por el clima.
La OPEP no toca su cifra oficial de producción desde diciembre de 2011, cuando la elevó un 20%. No obstante, la consultora de KBC, Ehsan Ul-Haq, opinó que si se logra un acuerdo para recortar la producción, el nuevo techo tendría que situarse en al menos 29,5 mbd para que tenga una influencia real en el precio. Con una medida así pasarían entre 4 o 5 meses antes de que el barril se venda de nuevo por encima de los $ 100.