La Asociación de Trabajadores Agrícolas Autónomos 23 de Septiembre, de la isla Puná, junto con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), desarrollaron la primera feria de la Chirimoya en la que fue expuesta la variedad, sabor, tamaño y costos de la fruta entre los comerciantes mayoristas y minoristas y consumidores en general de Guayaquil.

La feria se desarrolló en el Centro Cultural Simón Bolívar (Ex MACC), con el propósito de generar espacios, a través de las redes de mercados y tiendas de la Economía Popular, a fin de evitar que el productor siga siendo explotado por los acaparadores e intermediarios.

La coordinadora Zonal 8 del MIES, Peggy Ricaurte, refirió que mediante un convenio suscrito por $ 132.676,24 con la Asociación 23 de Septiembre, se busca dotar de infraestructura productiva a los agricultores de Puná, a través de herramientas, maquinaria agrícola, transferencia de tecnologías en manejos de cultivos, la definición de un sistema de comercialización acorde a las necesidades estacionarias de sus productos y un estudio que determine la factibilidad de aprovechar el agua para el sistema productivo.

La fruta de origen estacionario se produce y cosecha en los meses de abril y mayo, pero como resultado del convenio suscrito con esta cartera de Estado se están construyendo albarradas para almacenar agua durante el invierno y regar en verano, pues se proyecta obtener dos cosechas al año y de manera consecutiva derivados de la fruta como conservas, jugos, helados, entre otros.

La isla Puná tiene una extensión de 962 km2 de los cuales están sembradas aproximadamente 2.000 hectáreas de chirimoya.