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Acuerdo con la UE abre el debate

Acuerdo con la UE abre el debate
09 de enero de 2014 - 00:00

CREE QUE ECUADOR DEBE SER SOBERANO AL FIJAR ARANCELES

EL IMPUESTO A LA SALIDA DE DIVISAS (ISD) ES INNEGOCIABLE

¿Cómo aborda el SRI la negociación con la Unión Europea que se iniciará el próximo lunes, como un reto para Ecuador, como un paso en la construcción de otra economía, más horizontal, o como un paso más en la soberanía de Ecuador?

Nuestra meta es preservar de manera absoluta el derecho soberano de Ecuador para determinar los tributos internos en función de los intereses de los ecuatorianos, sin socavar las posibilidades de un acuerdo para el desarrollo. Generalmente, en los acuerdos comerciales, los temas tributarios se respetan en la legislación de cada país.

En una economía dolarizada, ¿cuáles son los parámetros por considerar en una negociación de este tipo?
Preservar el sistema de dolarización en Ecuador, hoy en día, es una prioridad. Las negociaciones tienen que considerar la posibilidad de establecer cuando menos una salvaguardia cambiaria que permita defender los intereses de los productores ecuatorianos ante desajustes negativos en la cotización del euro y el dólar. Ecuador no puede incidir en el tipo de cambio entre estas monedas, por lo que este factor es de suma importancia. De ahí que el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD) constituye una línea roja no negociable. Ventajosamente, Ecuador ha defendido con solvencia técnica ante la CAN y la OMC el carácter estabilizador -no tributario- del ISD.

¿Cuáles son los temas en los que no debería ceder el país? El presidente Rafael Correa ha hablado de líneas rojas, ¿cuáles son?
Este tiene que ser un acuerdo para el desarrollo, por lo que, como todo acuerdo, este supondrá ceder en los niveles arancelarios actuales para promover un comercio de mayor volumen. Ecuador tiene que preservar su soberanía para decidir los niveles arancelarios en función de los intereses tanto de los productores ecuatorianos como de los consumidores. Es clave también la defensa de los umbrales para la defensa de nuestras pequeñas y medianas industrias en las compras estatales, así como las condiciones en las cuales las empresas europeas podrían contratar en Ecuador la dotación de servicios. Los términos respecto a la propiedad intelectual planteados por la Senescyt marcan claramente los parámetros en esta materia. Por último, el ISD no es negociable, su razón de existir tiene que ser comprendida por los europeos.

¿Existen sectores sensibles ante una eventual implementación de un acuerdo con la Unión Europea? ¿Cuáles son? ¿Qué atención merecen en esta negociación?
Siempre habrá sectores sensibles que deben ser protegidos en la medida que no signifique un eterno castigo para los consumidores. El Estado se ha mantenido atento en preservarlos de la competencia desleal, no solo en las negociaciones sino de manera permanente con medidas de diferente tipo en el ámbito comercial. No hay que olvidar que Ecuador ya tiene acuerdos en los que ha concedido beneficios arancelarios absolutos a los países de la CAN, Chile, el Mercosur, Venezuela y otros. En todos estos se ha actuado con esta lógica y no puede ser la excepción esta negociación.

En caso de llegar a un acuerdo, ¿se alinea ese convenio con el objetivo gubernamental de transformar la matriz productiva? ¿Cómo?
La posibilidad de acceder a nuevos mercados es sin duda una puerta para modificar nuestra actual matriz productiva, como también puede ser la puerta para perpetuarla. Observando la posición de los gremios productivos sí llama la atención la posición de aceptación total a la firma del acuerdo. Algunos empresarios, quizá una buena parte, estarán dispuestos a abandonar el rentismo y optar por un verdadero cambio de la matriz productiva.

¿Qué pasaría con Ecuador si no llega a un acuerdo con la Unión Europea?
Ecuador solo llegará -debe llegar- a un acuerdo si le es beneficioso. Si no, querrá decir que las condiciones que se negociaron no fueron las mejores para el país, por lo tanto deberá mejorar sus capacidades internas con la esperanza, más que con la certeza, de que el acuerdo llegará en un mejor momento.

PROPONE EVALUAR EL COSTO-BENEFICIO DE UN ACUERDO

EL RETO SERÁ NO RENUNCIAR AL CAMBIO DE MATRIZ PRODUCTIVA 

¿Quién es? Nombre completo: Guillaume Long. Cargo: Ministro Coordinador de Conocimiento y Talento Humano. Formación profesional: Obtuvo un título de Ph.D. en la U. de Londres y una maestría en Ciencias Políticas.

¿Cuáles son los temas en los que no debería ceder el país? El presidente Rafael Correa ha hablado de unas líneas rojas, ¿cuáles son?
El presidente Correa las ha expresado públicamente. Primero no se firmará un TLC; eso menoscabaría todo el esfuerzo que llevamos a cabo en este momento, como Gobierno, para diversificar nuestra economía, cambiar nuestra matriz productiva, alejarnos del modelo exclusivamente primario-exportador. Hay líneas rojas en compras públicas y en el tema agrícola. Evidentemente el tema agrícola siempre es delicado en este tipo de negociación, ya que no queremos que pase lo mismo que en otros países con el debilitamiento del campesinado y la soberanía alimentaria. En cuanto a líneas rojas específicas, hay una muy clara señalada por el presidente Correa: no vamos a sacrificar el impuesto a la salida de capital en el contexto de la dolarización.

¿Existen sectores sensibles ante una eventual implementación de un acuerdo con la Unión Europea? ¿Cuáles son? ¿Qué atención merecen en esta negociación?
En el sector Conocimiento y Talento Humano, el tema más sensible es la propiedad intelectual. Estamos trabajando un nuevo marco legal postneoliberal, que hemos denominado Código Órganico de la Economía Social del Conocimiento, en contraposición a lo que podríamos llamar el capitalismo cognitivo. En esta ley buscamos un marco de propiedad intelectual más flexible, que respete las normas internacionales de la OMC, pero que coadyuve a la circulación del conocimiento en la sociedad. Sabemos que para fomentar el círculo virtuoso de la innovación, en el contexto de un país con bajos niveles de innovación como Ecuador, necesitamos que el conocimiento sea más público y menos privatizado. El problema es que en muchos acuerdos comerciales se busca ir más allá de las normas OMC (denominados los ADPIC) y se busca un marco jurídico denominado ADPIC+, y eso sería un problema para nosotros. Veamos entonces qué proponen los europeos y aspiremos a que puedan entender nuestras preocupaciones en materia de propiedad intelectual.

En caso de llegar a un acuerdo, ¿se alinea ese convenio con el objetivo gubernamental de transformar la matriz productiva? ¿Cómo?
Creo que el acuerdo comercial y el cambio de la matriz productiva son dos cosas distintas; este acuerdo busca dar estabilidad a las exportaciones de banano, camarón, flores, etc., es decir a las actividades productivas actuales de Ecuador. Esto es positivo siempre y cuando lo que Ecuador tenga que ceder como contraparte no signifique renunciar a cambiar nuestra matriz productiva, ni signifique una reprimarización de Ecuador. Ese es el gran reto que enfrentan nuestros negociadores en Bruselas.

¿Qué pasaría con Ecuador si no llega a un acuerdo con la Unión Europea?
Si no llegamos a un acuerdo será porque los europeos no lograron comprender nuestro contexto de país en vía de desarrollo y no quisieron tomar en cuenta el grado de asimetría que existe. Recordemos que los poderosos siempre buscan el aperturismo, y que cuando ellos eran débiles adoptaban medidas altamente proteccionistas para proteger sus industrias incipientes. Esto fue el caso de EE.UU. y Alemania en su relación con Inglaterra en el siglo XIX, y fue también la política adoptada por los llamados tigres asiáticos, como Japón, Corea del Sur, Taiwán y Singapur, en su relación con EE.UU. en el siglo XX. Ojalá podamos llegar a un acuerdo, pero si la negativa europea no lo permite, no creo que sea el fin del mundo para las exportaciones ecuatorianas. Hay productos que tienen bajos niveles de elasticidad en el mercado internacional; esto significa que la oferta mundial de banano no alcanza para que la Unión Europea deje de comprar banano ecuatoriano. Por eso se debe evaluar de manera muy circunspecta y madura el costo-beneficio de un potencial acuerdo, sin fundamentalismos, pero siempre pensando que el reto de Ecuador es cambiar radicalmente nuestro patrón de especialización productiva.

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