La creatividad de los alumnos del IAVQ, al servicio de los emprendedores
Cada semestre los estudiantes del Instituto de Artes Visuales Quito (IAVQ) aportan con toda su creatividad a pequeños negocios en el desarrollo de su imagen corporativa y campañas publicitarias.
Ese trabajo es parte de las políticas de responsabilidad social que promueve el centro de estudios a través de convenios con entidades públicas, fundaciones y emprendedores.
Para los proyectos se arman equipos de dos y cinco estudiantes a partir de segundo semestre, de acuerdo a la complejidad del trabajo.
Así, además de poner en práctica los conocimientos adquiridos en el ciclo académico, adquieren experiencia preprofesional que es certificada por los negocios y eso enriquece su hoja de vida, explica el vicerrector Ángel Souto.
La experiencia es enriquecedora para los estudiantes porque se aproximan a la realidad empresarial, negocian con los emprendedores e investigan sobre el mercado para proponer ideas innovadoras.
Una de las empresas que apostó por estos proyectos es la joyería virtual Spiro dal Cielo. Lupita Guerrero elabora piezas personalizadas que vende a una base de clientes y referidos. Los jóvenes diseñaron una página web para que amplíe su mercado.
“Mi interés era que los chicos presenten un buen proyecto. Les pedí un diseño minimalista y lo consiguieron. Además demostraron estar comprometidos porque siguieron cursos de joyería para comprender mi trabajo y eso dice mucho”, comentó la diseñadora, tras asegurar que habilitará el portal digital.
A través de la Comisión de Vinculación con la Sociedad entidades como la Prefectura de Pichincha, la Fundación El Triángulo, Conquito, la Policía Nacional y el Centro De Madres al Servicio de la Infancia (Cemsi) han suscrito convenios con IAVQ.
El docente José Carrera destaca que una de las ventajas es, además de recibir una calificación por su trabajo, que los jóvenes desarrollan proyectos reales que están listos para colocarlos en el mercado. De ahí la rigurosidad en su desarrollo y evaluación.
Otra de las ventajas es la articulación de las carreras a la hora de trabajar en proyectos que demandan las instituciones. Por ejemplo, al diseñar una campaña de promoción se elaboran desde logotipos y páginas web hasta videos educomunicacionales, en los que los alumnos de cine preparan el material audiovisual y sus compañeros de producción musical y sonido complementan el trabajo.
“Así logramos inculcar que la música no se debe “piratear” y generamos productos audiovisuales propios”, apunta Souto.
Para graduarse en cada nivel los estudiantes tienen que demostrar las competencias adquiridas y al final de su carrera participan en un ensamble artístico para un público abierto.
Carla Cisneros, directora de la Escuela de Diseño Gráfico y Multimedia, destaca que al culminar sus estudios los jóvenes cuentan con un currículum amplio que está sustentado por entidades reconocidas. Eso facilita la incorporación al mercado laboral de los jóvenes, cuya edad promedio para graduarse es 22 años.
Algo más
- Proyectos realizados. La Prefectura de Pichincha pidió al instituto el desarrollo de la imagen corporativa para 30 emprendimientos de la Asociación Avícola.
- Campaña de difusión. También trabajan proyectos de responsabilidad social y Ecodiseño, que incluye animaciones y diseño de portales digitales.
- Equipos modernos. Los jóvenes cuentan con estudios de grabación de música y video. Además, cuentan con una radio on line que tiene acogida entre distintos públicos.
- Ensamble artístico. Alumnos del último semestre articulan sus conocimientos en un show. Este año se realizó en el Teatro México. (I)