El 15 de mayo pasado, el Shakespeare School inauguró su primer espacio de coworking en Tumbaco (Quito).

El edificio, denominado Shakespeare Community Building, que colinda con las instalaciones de su establecimiento educativo, fue ideado para toda la comunidad emprendedora del colegio: estudiantes, exalumnos, profesores y padres de familia.

La institución, fundada en 1992, incorporó hace 9 años el emprendimiento a su malla curricular. “En la juventud hay una gran capacidad de innovación e inteligencia creativa. Con el paso de los años han demostrado que no estuvimos equivocados porque crean proyectos maravillosos”, dijo Humberto Herrera, director general del colegio.

Como requisito para graduarse, los alumnos de segundo y tercero de bachillerato deben elaborar un modelo de negocio. “Algunas de esas ideas han perdurado en el tiempo, como los ladrillos de material reciclado”, rememoró Herrera.

Por esa razón, vieron la necesidad de asociarse con la Alianza para el Emprendimiento e Innovación (AEI) para crear un espacio de trabajo e incubación, en que las iniciativas puedan desarrollarse fuera de las aulas y con la ayuda de tutores, mentores y coaches especializados en distintas áreas como marketing, ventas, etc.

El espacio incluye áreas de coworking, salas de eventos y reuniones, perchas para la venta de los productos de los estudiantes y emprendedores en general, a través del proyecto We Market, un gimnasio y la cafetería Los Gofres-fábrica de wafles.

Esta última pertenece a Santiago Ávalos, un exalumno que aunque no recibió la materia de emprendimiento en el Shakespeare, actualmente tiene un año y medio en el mercado con varias sucursales en Cumbayá, el Valle de los Chillos y ahora en Tumbaco.

Ávalos destacó que las nuevas generaciones de estudiantes tendrán una ventaja competitiva frente a otros bachilleres. “Todos tenemos ese bichito de emprender, y si desde el colegio ya te da las bases tendrás un efecto bastante positivo” porque un defecto de muchos emprendedores es “ser demasiado románticos y no aterrizar las ideas”.

Los futuros emprendedores
Entre quienes se graduarán este año con un proyecto de emprendimiento están Doménica Castro, Paula Vejar e Iván Guerrón.

Hace 8 meses crearon Quick Clean, un quitamanchas para la ropa. “Tiene bajo impacto ambiental, no daña la ropa, ni la descolora, ya que no utilizamos ni amoniaco, ni ácidos y tampoco cloro”, explicó Vejar.

En tanto, Mickael Becdach, Francisco Barahona y Esteban Vásconez crearon Safe Oil, un concentrado de detergente en base a aceite y sosa cáustica para baldosas, pisos y para quitar el óxido de herramientas, etc.

Este grupo espera que su idea no se quede en un trabajo de colegio, sino que en un futuro se convierta en un negocio sustentable.
Barahona cree que el proyecto le ha enseñado a superar el fracaso e intentar una y otra vez hasta conseguir un producto innovador, viable y socialmente responsable con el medioambiente. (I)

Datos

200 mil dólares invirtió el colegio Shakespeare en su espacio de coworking e incubadora.
615 estudiantes tiene el Shakespeare School, ubicado en Tumbaco (Quito).
100 alumnos del Shakespeare School están en segundo y tercero de bachillerato.

ALGO MÁS

Sobre Shakespeare School
Fue fundado hace 25 años. Su filosofía se basa en inspirar “a los estudiantes a liderar dentro y fuera del aula. Los impulsa a ser emprendedores, desarrollar su pensamiento crítico y lograr un impacto positivo en la sociedad a lo largo de su vida”.

Alianzas estratégicas
Tienen alianzas estratégicas “que les dan una ventaja competitiva a nuestros alumnos para el futuro” con Microsoft Office Specialist, Mucho Mejor Ecuador, Bureau Veritas Certification y el Certificación de Sistemas de Gestión de la Calidad del OAE, College Board, Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres), Toefl iBT Test Centre y Distinción ambiental de Quito Sostenible y Adobe Certificate Associate. (I)