El drama de la exfutbolista colombiana conmovió incluso al mismo Joseph Blatter, presidente de la fifa
Yady Fernández transmite optimismo desde su silla de ruedas
Yady Fernández se mueve ahora en silla de ruedas. Tiene la pierna izquierda amputada. Desde hace 2 semanas se encuentra alojada en una casa que no es la suya, en el sector de Puerto Hondo, ubicado en la vía a la Costa, en las afueras de Guayaquil.
La futbolista colombiana -que cumplió 23 años el 13 de marzo pasado mientras estaba internada en el Hospital Universitario- debía estar por estos días en Islas Canarias (España) jugando con el club Unión Deportiva Achamán.
Allí la esperaban ‘las niñas’, como llama a sus compañeras, para disputar el ascenso a la primera categoría del fútbol femenino español. “Iba a jugar por el ascenso. Las niñas del equipo ya jugaron y perdieron. Otro año será”, afirma con estoica resignación durante una entrevista con la AFP.
Jugaba de volante ofensivo antes de que sus planes deportivos cambien abruptamente.
Yady Fernández llegó a Ecuador por invitación de un familiar. El domingo 16 de febrero salió en una motocicleta con su primo, un cirujano colombiano de 37 años, hacia Montañita (Santa Elena), cuando un carro los atropelló.
La voz de Fernández nunca se entrecorta. Habla rápido. Sonríe. Rara vez sus palabras denotan rabia.
Su sueño es volver al fútbol. Desea tener una buena prótesis que le permita estar en las canchas.“Un carro se metió en nuestro carril. El conductor, me dice la Policía, iba ebrio. No recuerdo nada. Mi primo iba manejando y murió desangrado por una amputación de la pierna”, relata. Ya en el hospital se enteró de la dimensión de su tragedia. “El médico me dice: Yady, tengo malas noticias. La primera es que su primo ha muerto y la segunda es que perdió la pierna, pero lo importante es que está con vida”. Yo dije: “No, no, no..., ¿cómo va a estar muerto?, mi pierna. No lloré. Estaba tan sedada que me quedé dormida”, relata la exdeportista que también sufrió el daño de los tejidos de su abdomen.
Del percance, Yady no recuerda nada, todo se lo contaron en el hospital después de someterse a 3 intervenciones quirúrgicas, así lo confirmó EL TELÉGRAFO el 11 de marzo a través de Ruth Decker, del departamento de comunicaciones de esa casa de salud.
Una de sus tías le abrió las puertas de su modesta vivienda después de que el conductor ebrio sumió a la futbolista colombiana en un drama que conmovió incluso al mismo Joseph Blatter, presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA).
Yady Fernández es oriunda de Palmira, departamento del Valle del Cauca (Colombia). Desde hace 10 años vivía en España junto a su madre. Las 2 emigraron juntas para mejorar sus condiciones económicas. Era figura en el Unión Deportiva Achamán y sus condiciones técnicas la llevaron a formar parte de la preselección colombiana de fútbol durante el proceso previo al Mundial 2011 de Alemania.
El director técnico colombiano Ricardo Pozo fue el encargado de ese combinado nacional. “Sus condiciones deportivas me sedujeron desde que la vi jugar por primera vez. Eso fue hace 3 años, exactamente. Es triste que le haya sucedido esto a una chica con tanto talento”, dijo Pozo el pasado 11 de marzo a EL TELÉGRAFO, después de enterarse del accidente.
El exseleccionador envió esta semana un saludo a la futbolista colombiana, a quien alentó a seguir adelante a pesar de la delicada situación que atraviesa. “Estoy animándola a no rendirse ante esta situación que le cambia radicalmente la vida”, dijo el DT.
DATOS
El proceso legal se encuentra actualmente en indagación previa. Según el fiscal Jorge Torres, que investiga el caso, el presunto responsable, un militar retirado, conducía en estado de ebriedad.
Después del accidente, el implicado denunció que su vehículo había sido robado. En los próximos días la Fiscalía ‘formulará cargos de 12 años de cárcel’, según el funcionario.
La deportista viajará a Palmira, donde iniciará el proceso de rehabilitación física desde este martes. Paralelo a esto estudiará Fisioterapia, gracias a una beca que le ofrecieron en Colombia.La voz de Yady Fernández nunca se entrecorta. Habla rápido. Sonríe. Rara vez sus palabras denotan rabia. Sentada en la silla de ruedas, con el muñón de la pierna a la vista y los labios levemente pintados, transmite un optimismo difícil de asimilar en una joven que ha soportado esta tragedia y que aún siente dolores intensos por las secuelas del accidente.
“Mi sueño es volver al fútbol, marcar, correr, tengo mucho pique (velocidad). La idea es tener una buena prótesis que me permita volver a jugar”, dijo la deportista horas antes de viajar a Palmira (Valle del Cauca, sur de Colombia), a casa de sus familiares, donde iniciará el proceso de rehabilitación física desde este martes.
El caso de esta deportista, que en 2011 se perdió la Copa Mundial Femenina de la FIFA por una lesión de ligamentos y meniscos en la pierna que perdió, tocó el nervio del mundo del fútbol, desató campañas de solidaridad en las redes sociales y movilizó al Gobierno colombiano. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, escribió en su cuenta de Twitter: “Mis oraciones están contigo en tu recuperación”. Mientras el técnico colombiano Reinaldo Rueda, seleccionador de Ecuador, se convirtió en su ‘ángel protector’, según Fernández.
La joven se vio envuelta en uno de los 80 accidentes de tránsito que en promedio se registran a diario en Ecuador, y que en 2013 dejaron 2.277 muertos y más de 20.000 heridos, según cifras oficiales.
En su caso “sospechamos que el sujeto implicado en el accidente estuvo bajo efectos del licor”, dijo a la AFP el fiscal del caso, Jorge Torres. El presunto responsable, un militar retirado, que después del choque denunció que le habían robado el vehículo, huyó del sitio y en los próximos días la Fiscalía “formulará cargos de 12 años de cárcel”, según el funcionario.
Yady se pregunta: cómo una persona que ‘mató sus sueños’ y enlutó a su familia, no está en la cárcel. “Yo estaba completita -dijo- y ahora tengo que luchar para volver a caminar. Es duro. Además de todo el dolor que he sentido”.
Admiradora de la brasileña Marta y del argentino Lionel Messi, la deportista dejó de buscar noticias sobre sus ídolos para concentrarse en historias como la del exdelantero internacional uruguayo Darío Silva, quien volvió a practicar fútbol después de sufrir la amputación de la pierna derecha en un accidente de tránsito. “Con una buena prótesis, podré jugar otra vez. Será fácil porque soy diestra y no debo enseñarle a la pierna izquierda a disparar”, sostiene con seguridad.
Fernández espera regresar en mayo a España, país al que migró a los 12 años y donde su madre trabaja en una frutería.
Antes del accidente planeaba estudiar trabajo social, pero ahora aprovechará una beca que le ofrecieron en Colombia para matricularse en Fisioterapia antes de emprender el viaje que espera sea el del regreso al fútbol.
LA HISTORIA DE DARÍO SILVA ES SU MOTIVACIÓN
El 23 de septiembre de 2006, cuando tenía 33 años, el uruguayo Darío Silva sufrió un violento accidente automovilístico. El futbolista conducía borracho su camioneta, perdió el control y fue a dar contra un poste de luz. Se golpeó el cráneo, se fracturó su pierna derecha y quedó inconsciente por varias horas. Los otros 2 ocupantes del vehículo salieron ilesos.
En el hospital, luego de una decisión médica, le amputaron parte de la pierna afectada. La intervención tardó 5 horas. Fue necesario inducirle un coma. Al despertar, Silva comprendió que su carrera como futbolista había terminado.
Las lágrimas, dice, duraron 3 o 4 minutos. De ahí en adelante se dedicó a pensar qué haría con su vida una vez que saliera del hospital.
Para recuperarse recurrió a la equinoterapia y mandó a fabricar una pierna de fibra de carbono, resistente y flexible, tan efectiva que le pareció una extremidad más.
En enero de 2009, casi 3 años después del accidente, Darío Silva disputó un juego amistoso ante Argentina con la camiseta de su país. Marcó 2 goles, ambos de penalti, con los que los ‘charrúas’ le ganaron a la ‘albiceleste’. Se le vio feliz, rodeado de antiguos compañeros y ovacionado por quienes lo acompañaron desde las gradas en el que sería el último partido de su vida.