“Mis compañeros (Nataly Caldas, Esteban y Santiago Enderica) y yo partimos a Venezuela mentalizados en hacer una gran actuación en los Juegos Suramericanos de Playa. Sabíamos que los brasileños, argentinos, colombianos y venezolanos iban a ser rivales duros, pero gracias al entrenamiento responsable llegamos a Vargas con grandes expectativas. No éramos favoritos, pero todos conocían nuestro verdadero potencial.

Llegamos a Vargas el sábado 17 de mayo, apenas dos días antes de las competencias, e inmediatamente nos pusimos a estudiar el clima de la ciudad, altitud y temperatura del mar. Junto con el profesor, Juan Fernando Enderica, se hizo una preparación intensa y productiva en corto tiempo.

Cuando nos percatamos de que la temperatura del agua estaba entre los 26° centígrados, pude darme cuenta de que era ideal para nosotros, que estamos acostumbrados a esos grados en la piscina de Cuenca.

Lo único que nos contrarió un poco en la competencia fue el fuerte oleaje que se presentó durante los días de pruebas. El ambiente para nadar fue ideal, aunque el nivel de competitividad fue más alto de lo que se esperaba.

Como llevo casi dos años entrenando en la escuela de los hermanos Enderica y con Juan Fernando un poco más de un año, creo que se cumplió con las expectativas planteadas para este certamen.

El buen trabajo en equipo también nos ayudó a ser campeones de aguas abiertas en mis primeros Suramericanos de Playa.

En los tres días de competencia seguidos nos desgastamos tanto que luego de cada jornada acababa en la cama del hotel, prácticamente hasta el siguiente día. Incluso en una de esas ocasiones quisimos ver jugar a la selección de balonmano de Ecuador, pero el cansancio nos venció, no nos permitía realizar otras actividades.

Creo que fue lo mejor descansar mucho. Durante las pruebas no podíamos dar ventajas, porque nos podía costar caro. Antes de cada partida calentábamos bien, nos estirábamos un poco. Lo mismo hacíamos al final de las carreras.

Recién la última noche, antes de regresarnos al país, pudimos dar una vuelta. Lo bueno es que pude conocer, durante el poco tiempo libre de los Juegos, las costumbres de la gente en la ciudad de Vargas, su gastronomía y lugares turísticos.

También pudimos darnos cuenta de que los deportes de playa que acogen los Juegos son muchos y, gracias a eso, pudimos hacer grandes amigos de otros países de la región que practican fútbol playa y voleibol.

En lo personal, considero que tuve una experiencia muy buena en lo deportivo. Gracias a estos logros que continúo cosechando, como los Juegos Bolivarianos de Perú y Suramericanos en Chile, puedo darme cuenta de que vamos por buen camino junto con mi entrenador.

Ahora, luego de la algarabía, ya nos estamos preparando junto con Santiago y Esteban para las próximas competiciones mundiales antes de que termine el año. Aún no sabemos con exactitud el torneo más próximo, pero sí estoy segura de que estaremos apuntando a la Copa Mundial de Aguas Abiertas en Canadá, al igual que los Suramericanos en Buenos Aires y Mar del Plata (Argentina).

Todo depende de lo que el profesor Juan Fernando Enderica y el departamento técnico decidan. Lo que ahora me importa es seguir entrenando en piscina con las pruebas de fondo, como son los 800 y 1.500 metros, para mantenerme en forma antes de viajar.

La verdad es que he trabajado mucho para ser competitiva en esta modalidad de la natación. Creo que es por todo mi esfuerzo que coseché las tres medallas de oro en los III Juegos Suramericanos de Playa que se realizaron en Venezuela”.