Su historia empezó hace más de 24 años, Eric Moussambani oriundo de la Guinea Ecuatorial no sabía de natación y llegó a los juegos olímpicos de Sidney 2000 debido a un anuncio en una radio local.

Al no contar con piscinas profesionales en su país, Moussambani practicaba en una piscina de 22 metros de un hotel y en los ríos cercanos en un aprendizaje contrareloj.

El desafío era aún más grande cuando el nadador olímpico tuvo que competir los 100 metros de estilo libre. Apenas se paró frente a la piscina, entendió el reto que se le venía, desconociendo que la medida de longitud era de 50 metros y debía completar la prueba en dos tramos.

Pese a su esfuerzo, Eric no pudo completar la prueba y se convirtió en el nadador más lento de la historia de las olimpiadas marcando 1m52s72 en las eliminatorias, más del doble de tiempo que hizo Pieter van den Hoogenband, ganador de la competencia de ese año.

Sin embargo la tenacidad del nadador africano, despertó el interés de miles de espectadores y medios de comunicación que calificaron de “hazaña” su participación.