Cabizbaja y con preocupaciones para armar la defensa, la selección de Chile llegó a Santiago tras caer el viernes en Ecuador por la eliminatoria al Mundial-2014, un resultado que compromete su futuro y pone en la cuerda floja al técnico argentino, Claudio Borghi.

La “Roja” perdió 1-3 en Quito, por la novena fecha del clasificatorio sudamericano, y sufrió la expulsión de Pablo Contreras y Arturo Vidal, dos piezas vitales en el andamiaje del elenco trasandino de cara al crucial juego del martes ante Argentina, sólido líder del premundial regional.

Finalizada la primera vuelta de la eliminatoria sudamericana, Chile -que en un inicio llegó a encabezar la tabla- quedó en zona de repechaje con 12 puntos y mostrando más dudas que certezas.

Las principales críticas en la prensa chilena se dirigen hacia Borghi, que además no pudo estar en el banco de suplentes del Atahualpa por tener que cumplir la segunda de cuatro fechas de suspensión, que lo mantendrán fuera del campo hasta 2013.

El futuro de Borghi frente a la selección chilena después de dos derrotas consecutivas (la primera ante Colombia por 3-1 en Santiago) comienza a estar en duda.

Incluso el secretario general de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), Nibaldo Jaque, señaló que después del partido con Argentina “todo será revisado”.