Miño entrena con los mejores en Francia
Llegó a Francia siendo el número 580 en el mundo y en apenas 6 meses de estadía en el continente europeo escaló 300 puestos por los buenos resultados que obtuvo en los diferentes torneos que disputó. Para el microtenista Alberto Miño, contar este hecho es motivo de orgullo, puesto que reconoció que si hubiese permanecido en el país no hubiera podido alcanzar el nivel que tiene ahora.
“Entrenar con los mejores cien del mundo es bueno, porque te da confianza y aumentas tu nivel. Las fechas de la liga francesa son cada 15 días. En el ranking de allá soy 130 y ‘pico’, pero cuando llegué estaba en el 250. En Francia se juega más a nivel profesional, hay barras, espectadores a los que les gusta mucho el tenis de mesa”, contó Miño.
Antes de este viaje, que le cambió la vida al microtenista, Alberto participó en los Juegos Bolivarianos, en los que ganó una medalla de oro y otra de bronce, luego estuvo en los Odesur del año anterior, certamen en que obtuvo doble bronce.
En el campeonato Latinoamericano consiguió su clasificación a los Panamericanos de Guadalajara, y su reto hacer un buen papel en México.
Para el guayaquileño fue una “sorpresa” ganar la medalla de bronce, porque conocía a varios de los competidores y sabía que era difícil vencerlos. Sin embargo, reconoció que lo conseguido es fruto del entrenamiento arduo que realiza desde hace dos años en el club francés Bayard Argentan, al que se vinculó cuando participó en un circuito mundial que se desarrolló en Cuenca.
En esa intervención fue observado por entrenadores de ese país, quienes lo ayudaron para que viajara a París y entrenara con ellos.
“En la final me tocó justamente con un francés y le gané, fue en ese momento que hablamos con los profesores para ser parte de su club”, recordó.
La persona que le facilitó el pase a Europa es actualmente técnico de la selección de Brasil. Alberto contó que lo que vive ahora ha sido una de las mejores oportunidades que ha tenido.
A pesar de que extraña mucho a su familia (tres hermanas y padres) y, también, la comida ecuatoriana, está consciente de que llegar a estar entre los mejores del mundo es su objetivo principal. Eso será su pase para luego jugar en la liga alemana; la primera y más comercial.
“Ojalá que los demás jugadores ecuatorianos también viajen y jueguen en Europa, yo los puedo ayudar, pero eso sí, tienen que ser muy disciplinados, responsables, cuidarse cuando tengan partidos. En Ecuador el entrenamiento no es bueno”.
Alberto mencionó a Dino Suárez y a Rodrigo Tapia como las figuras en el microtenis que deberían aprovechar su potencial.
“Aquí (en el país) hay muchos jugadores, pero no de nivel como para poder entrenar”, explicó.
El deportista también mencionó que lo más difícil que se le hizo al llegar a Francia fue la pronunciación, por lo que antes de viajar estudió dos cursos en la Alianza Francesa.
“Conozco París, es hermoso, y el resto del país también lo es”, añadió. Además, esta no es la primera vez que Alberto entrena fuera del país, antes lo hizo en China durante tres meses.
En Francia comparte la habitación con un nigeriano y un brasileño. Ahora, el futuro estudiante de ingeniería informática entrenará fuerte para su próxima competencia y última oportunidad que tendrá para ganarse un cupo a los JJ.OO. de Londres 2012.
Del 28 de febrero al 4 de marzo se disputará un Latinoamericano clasificatorio en Río de Janeiro, Brasil, que otorgará cinco boletos para la cita olímpica. “Va a ser más complicado, porque son los que están más arriba en el ranking”, comentó.
Hace dos semanas, Alberto regresó a su club y posiblemente retorne a Ecuador a pasar las festividades de diciembre con su familia, pero solo unos días, porque el selectivo a Londres está a 4 meses.
“Me da alegría estar aquí (Guayaquil), me ayuda mucho en la parte anímica. Venir un día o dos antes me despeja y el estar con mis amigos me hace bien. El año pasado pasé en Europa y es muy diferente”.