Las finanzas del Aucas tienen un aroma de mujer
Creció con la imagen de su padre Ramiro vestido de corto y luego como dueño del equipo barrial IMG. Mónica Gordón, la actual gerente de Aucas, palpitó la emoción que se vive en los graderíos, pero jamás se cruzó por su mente la idea de ser dirigente deportiva.
Hoy (12:00) no acompañará físicamente al club en Machachi ante Rumiñahui, pero está segura de que el triunfo les favorecerá, al menos, por cuatro anotaciones de diferencia.
Es mujer de objetivos concretos y firmes. Está convencida de que el desafío que empezó con el equipo lo terminará con el ascenso. Su meta inmediata es sanear económicamente al club para potenciar la marca del “Ídolo del Pueblo”.
En su familia aprendió los principios que guían su vida: trabajo, verdad y transparencia. Esos preceptos son los que ella traslada al Aucas hace dos meses, cuando asumió la gerencia del club.
Quiso mantener su imagen en reserva y lejos de los medios porque no le gusta ser una figura pública, mas entendió que eso es parte de su función actual y por Aucas está dispuesta a hacerlo.
La ingeniera comercial con maestría en Finanzas Empresariales aceptó con gusto la visita de FANÁTICO en su oficina en el sector de La Carolina, norte de Quito. Ahí todo gira en torno a la línea mobiliaria, nadie podría pensar que está unida al Aucas.
“Hasta hace un año mis planes eran otros, pero Dios puso esto en mi camino y, como todo lo que he hecho, lo voy a llevar con éxito hasta el final. Es un reto que lo asumí convencida de que el objetivo se cumplirá”.
Ama lo que hace y lo transmite en sus palabras. Es apasionada por los números y las cuentas claras, eso es lo que espera entregar a la hinchada auquista, a la que considera el patrimonio del equipo. “Mi compromiso mayor es con los aficionados, la razón de la existencia de Aucas. Sin ellos, hace tiempo hubiésemos desaparecido”.
Confiesa que su cargo en el club no es tan sencillo como en un inicio pensó. “Creí que con poner una persona en la sede que me informe todos los movimientos podría encaminar al club, pero es necesario levantar una estructura contable de soporte para empezar, que al momento no existe”.
Su anhelo inmediato es conocer con precisión a los acreedores del cuadro de Chillogallo para establecer el monto total que se debe cancelar y fijar plazos para hacerlo.
Para lograrlo se rodeó de la gente de confianza con la que trabaja en IMG y delegó funciones. “Lo que hacemos no es un mérito personal, sino de todo un equipo que está detrás de mí. Uno solo no puede”.
Aunque como funcionaria del equipo está en posibilidad de cobrar un sueldo, no lo hará en los tres meses iniciales. A partir de mayo, el ingreso que reciba será para repartirlo entre todos sus colaboradores sobre la base de cumplimiento de metas. “Soy muy exigente conmigo y con los demás. Cuando negocio un sueldo, lo hago por metas alcanzadas”.
La idea de Mónica es gerenciar al Aucas como lo hace con su empresa. Por eso, cuando arregló los contratos de los futbolistas, a cada uno le aclaró que recibirá un premio de acuerdo al tiempo que jueguen en cancha y, sobre todo, tras conseguir el ascenso a la serie “B”. “¿De qué premios o incentivos podemos hablar, si no se consigue la meta? Es absurdo eso”.
Aucas maneja sueldos de entre 300 y 2.000 dólares mensuales. Como gerente del equipo tiene autonomía financiera. IMG ha inyectado capital a Aucas, pero no puede tomar decisiones sin consultar al resto de la directiva. Eso la hace sentirse impotente. “Aunque respetan y escuchan mis propuestas, no tengo la decisión final. Eso es una atadura que me incomoda”.
El primer inconveniente que tuvo fue en el aspecto jurídico. “Quise traer a mis abogados para que manejen todo el aspecto legal, sin que le cueste nada al Aucas, pero la directiva prefirió continuar con el que conocían y eso me deja intranquila. No confío totalmente, por eso todo lo consulto con mi gente”.
Reconoce que no domina aún los lineamientos deportivos que los clubes deben seguir, pero los está aprendiendo. Galo Barreto, gerente de AFNA, es su guía en ese camino. Desea fomentar en la niñez la afición por Aucas y, para hacerlo, los infantes no pagarán la entrada.