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El Telégrafo
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La regata se renueva en su edición 74

La regata se renueva en su edición 74
29 de marzo de 2013 - 00:00

La tradicional regata Guayaquil-Posorja es una competencia con historia, que a lo largo de sus más de setenta años ha evolucionado de tal manera que se ha hecho más atractiva y competitiva.

Esta madrugada, en su edición 74, compitieron 13 embarcaciones en la modalidad 4 personas y un timonel -como siempre ha sido- y 4 yolas por primera vez en doble par (2 remeros). En total fueron 17 las embarcaciones que zarparon a las 00:30, desde el Malecón Simón Bolívar y que llegan hoy, a las 07:30, al muelle de Posorja.

De entre los 73 participantes estuvo José Ante, presidente de la Asociación de Remo del Guayas. El dirigente (y un amigo) incursiona en la modalidad doble par.

29-3-13-guayaquil-recorrido-remoEs un exatleta del club  Cleveland, para quien la experiencia es única, ya que por primera vez -además del bote de 4 remeros- compiten  yolas con solo dos navegantes. “Se implementó la modalidad doble par a pedido de remeros que no tenían recursos para comprar o adquirir una yola más grande”, señaló el titular de la Asoremo.

Ante relató un poco la historia de esta competencia: “Es parte de nuestra tradición; principalmente de los apasionados por el remo”, y recordó como en 1940 un grupo de estudiantes de Medicina de la Universidad de Guayaquil, liderados por Germán Abad, hizo realidad la primera edición de la regata, en la que participaron 16 yolas, todas de fabricación nacional.

Los universitarios efectuaron el trayecto que comprende 56 millas náuticas (104 km de distancia) como penitencia por el Viernes Santo y desde entonces, hasta la actualidad, se ha conservado la tradición.

Para la presente edición, los organizadores (Asoremo) han recibido apoyo de la Federación Deportiva del Guayas, Junta Parroquial de Posorja y la Prefectura del Guayas, para llevar a cabo la regata considerada  como la más larga del mundo.

Cristian Franco, integrante del Club Deportivo Astillero -clásico en la competencia-, se mostró contento con el respaldo que ha recibido este histórico evento: “Es muy positivo que se unan y colaboren para realizar la regata; esperemos que siga así”.

El equipo Astillero, como ha sido costumbre todos los años, compite con “remeros de corazón” que se han preparado arduamente para afrontar el desafío de remar por poco más de siete horas hasta llegar a Posorja. “La mayoría de nosotros trabajamos, nos reunimos en las noches y a veces de madrugada para entrenar un poco.

A pesar de que no nos pagan por remar, nosotros lo hacemos porque es nuestra pasión”, indicó Carlos Carpio, del bote de la Infantería de Marina, embarcación filial de ADN (Asociación Deportiva Naval), que se inscribió con esa denominación porque en esta edición no pueden repetirse los nombres.

Antes lo hacían como ADN 1, 2 y 3; pero en este año, además de ADN, remarán los equipos: Infantería de Marina y El Nacional.

Hay que recordar que el equipo ADN mantiene el récord de la regata con el mejor tiempo. Fue en la edición 2001 que los “marinos” se hicieron 6 horas y 25 minutos; hasta la actualidad no ha existido alguna yola que supere ese registro. “No recuerdo a los que integraron ese año (2001) la yola de ADN, pero esos chicos fueron una máquina, me quedé asombrado cuando superaron mi marca”, acotó Ante, quien mantuvo su récord por 12 años.

Rememora el presidente de la Asoremo que en 1989 con el bote de Cleveland  detuvieron el reloj en 6 horas y 37 minutos. Pero lo que más destacó de esa marca es que  su equipo remó con una yola de fabricación nacional, mientras que los de ADN -en 2001- lo hicieron con una embarcación moderna, importada de Italia, cuyo precio era 10 veces mayor que la de Cleveland.

Vale mencionar que durante los primeros años de la regata, las yolas eran de madera y por eso llegaban a pesar hasta 250 libras. Pero con el pasar de los años y el mejoramiento de la tecnología, al país comenzaron a llegar botes europeos, hechos de fibra de carbono y fibra de vidrio, mucho más ligeros que los fabricados en Guayaquil.

Y es que la travesía de la regata es tan difícil que no solo es necesario contar con excelentes botes, sino, también, con buenos tripulantes. En los registros de esta competencia se han contabilizado victorias de equipos que han tenido yolas “populares” o nacionales. “El equipo con mejor yola puede ganar, pero si no tiene una buena tripulación de remeros, el camino se les puede hacer una odisea”, indicó.

José Mujica, integrante de Regatas Posorja, quien lleva muchos años compitiendo en esta prueba.

Los deportistas, además de tener un buen estado físico en sus brazos y piernas, deben entrenar en el río Guayas, saber nadar, pero, sobre todo, tener conocimientos de la marea y corrientes de agua.

En el camino los remeros se topan con troncos de madera (palos), lechuguines y fuertes e inesperadas condiciones climáticas.

Si les cae una lluvia durante el recorrido, ellos (remeros) se las ingenian para botar con tachos, palas y en ocasiones hasta con la mano el agua que está dentro del bote, pero sin perder mucho tiempo. Es un desafío físico y mental.

Sin embargo, los atletas siempre han ido acompañados por personas  en lanchas que trazan la ruta para evitar que se salgan de ella y sean arrastrados por el remolino que se forma en la curva al entrar al Malecón de Posorja. “Los organizadores se han preocupado siempre por precautelar la seguridad de los remeros, es por eso que viaja personal de primeros auxilios para atender emergencias.

La llegada a Posorja está prevista a las 07:30; allí se realizará el acto de premiación de los tres primeros en las dos modalidades. “Para entregar los trofeos habrá un evento artístico y  juegos pirotécnicos”, señaló Ante. Se prevé que un gran número de guayaquileños viaje a Posorja para esperar a los remeros.

Infografía: Bruno Carranza Peña
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