A los 18 años Sindy Arroyo Delgado ingresó a la Escuela Superior Naval (Essuna) con la firme  intención de emprender una carrera profesional en la institución de las Fuerzas Armadas Ecuatorianas.
“Permanecer y servir en los buques es la forma de ser de la Armada; por eso decidí ingresar a la Marina”, confesó la ahora velerista ecuatoriana que partió desde Salinas con la embarcación “Alcance” y espera convertirse en la primera mujer especialista de guardiamarina en concluir la travesía de la Copa Galápagos.

Para Sindy, el hecho de navegar los mares y trabajar en equipo sobre un velero, es una forma de vida. La alumna de la Essuna no le teme a las aventuras y es por eso que cuando la vela “Alcance” se inscribió en la IX edición de la regata, la joven no lo pensó dos veces y preguntó a sus superiores: ¿Puedo ser parte de esa tripulación?

“En el velero también hay guardiamarinas varones de primero a cuarto año; pero en realidad yo soy la única mujer a bordo”, confesó Sindy, quien no se siente extraña en medio de tantos  hombres (10)”.

Ella es consciente de que en la nave hay un camarote compartido para tres o hasta 4 personas y que no tendrá privacidad; pero eso no fue impedimento para que se aventure en la regata; además que de esa manera aprovechó para conocer las Islas Galápagos. “Lo hago porque me gusta navegar, por eso escogí esta carrera”, recalcó.

En la primera regata, el bote “Alcance”, de modelo F&C 40, se ubicó en la quinta posición del tablero en su modalidad 600 ORC (handicap).

En tanto que en la general se colocó décimo quinta, con un total de 16 puntos. Con ese buen arranque, el equipo ecuatoriano que representa a la Escuela Naval, salió decidido en busca del triunfo en la segunda regata, que comprendió 513 millas náuticas del Malecón Salinas, hasta la isla Santa Cruz.

En medio del trayecto la especialista tuvo que afrontar fuertes corrientes de frío, además de sed y malas noches. Su bote partió a las 13:00, del viernes de Salinas y llegó la noche del lunes a Santa Cruz, cerca de las 20:50. Pero, el vencedor de la regata más larga fue el velero Kaony, de Ecuador, que para llegar a su destino se tomó un total de 75 horas, 18 minutos y 23 segundos.