En el surf, de tal “tabla” tal astilla
A Felipe Rodríguez se le iluminan los ojos cuando se le pregunta por su hijo de quince años, que tiene el mismo nombre, y quien heredó el alma de surfista. Ellos tuvieron la oportunidad de competir juntos en la tercera fecha del Campeonato Nacional de Surf, en la categoría Kahuna Grom, que se disputó en Punta Carnero.
Esta vez Felipe, que bordea los 40 años, no observó a su hijo desde la orilla de la playa, como usualmente lo hace, sino que estuvo también en el agua trabajando en equipo para ganar el título en esta nueva modalidad, que se estrenó en las válidas nacionales hace dos semanas.
Supieron asumir la responsabilidad de escoger las mejores olas para así sumar la nota más alta y ganar en pareja. Pero antes de ingresar a la “cancha”, Felipe contó que siempre tiene el placer de compartir con su hijo en el mar y que en competencia la “vibra” no varía: ellos lo disfrutan.
“Viajamos bastante por este deporte, es cheverísimo... Tengo dos hijos, Felipe y Tomás (de 10 años), pero al menor le gusta más el fútbol, aunque aún tengo la esperanza de meterlo al mar. Felipe desde pequeño es un pez en el agua, había que cogerlo; desde chiquito se enchufó y está bien comprometido con la tabla. Tiene el don y le ha ido bien en las competencias”, comentó el ex campeón bolivariano (2001).
Felipe junior ha sido bicampeón nacional Sub 12, Sub 14 y Sub 16 hasta el año pasado; y ahora pelea los primeros lugares en 16 y 18 años. Además, actuará con la selección ecuatoriana en el Mundial Junior, que se realizará en Playa Venao-Panamá, desde este fin de semana.
Al preguntársele sobre cuál es la mejor competencia que recuerda de su hijo, contestó que fue cuando quedó por primera vez campeón nacional en la Sub 12.
“Todo se definió en la final en San Mateo, Manta. Allí Felipe agarró una ola en los últimos minutos y ganó, fue muy emocionante... Ha ido a Perú, a Punta Hermosa, Brasil, todas son experiencias buenas y memorables... Siempre estoy detrás de él”, indicó Felipe, quien se mantiene activo como surfer en la modalidad masters. “El deporte es vida y con las condiciones que tiene vamos a ver hasta dónde llega”, asegura Rodríguez, mostrando que apoya incondicionalmente a su vástago en la práctica del surf.
Otros que también tienen tradición en este “oficio de mar” son los miembros de la familia Dapelo, encabezados por su padre Humberto y sus hijos Enzo, Fabián y Adrián. El progenitor tiene 54 años y tampoco se pierde ninguna competencia de sus muchachos.
“Es bueno que se les haya ocurrido hacer este tipo de competencias, ya que unen a la familia. No practicamos nada, solo esperamos lo que nos regalen las olas”, comentó.
Lo más difícil que le tocó a Humberto fue elegir con quién participar en el torneo, ya que para él todos surfean muy bien. Esta vez compitió con Enzo. “Los mellizos tienen 19 años y el mayor 22, pero Adrián -campeón nacional 2011- jugó un campeonato de fútbol y estaba muy cansado y el otro salió con la ‘pelada’”.
A Humberto, remar en Punta Carnero se le hace difícil, porque “las olas se mueven demasiado”. Él, al igual que sus chicos, eligió el surf desde los 13 años y ahora cuenta con 41 en el deporte.
“En el último Mundial, en el que participé por Ecuador, quedé noveno en mi categoría, de 50 para arriba -llamada Gran Kahuna-, en octubre del año pasado. Estas condiciones (las de Punta Carnero) para los más viejitos son complicadas... por la corriente, la ola se cierra, hay mucho viento; son diferentes factores”.
Los consejos de su padre, que nunca olvida Enzo antes de competir, son, básicamente, que trate de controlar sus emociones y que se dedique solo a coger las mejores olas y visualizar bien qué maniobras le pueden salir mejor.
“Así como uno tiene que ser un buen ganador, lo más difícil es aprender a perder. Hay que también ser buenos perdedores”, expresó Enzo.
Los triunfadores del torneo en Salinas fueron los Carlos Goncalves, padre e hijo, quienes se complementaron en el agua; pero, sin duda, el “surfer pro” destacó por sus aéreos, uno de los trucos que mejor le salen, los que le sirvieron para obtener la nota más alta en el certamen y así llevarse el título.
“Ya tengo casi 50 años, los ‘floaters’ me salen muy bien, pero más que maniobras, actuar con mi hijo es increíble. Es la primera vez que lo hago”, manifestó Carlos, quien competirá en las eliminatorias de los masters para ir al Mundial.
“En las eliminatorias pasadas gané todos los circuitos, pero no pude ir al evento porque me lesioné”, indicó el tablista, que ya suma 38 años en la tabla corta y seguirá, suelta convencido, “hasta que el cuerpo aguante”.
Otra de las parejas que también participó fue la formada por el presidente de la Federación Ecuatoriana de Surf, Manolo Lozano, quien actuó con su hijo José Antonio. El titular de la entidad también tiene unos mellizos (Matías y Diego) que desde pequeños ya andan con sus tablas.
El juez del evento, Cirilo Yagual, manifestó que con esta clase de torneos se intenta que el surf, a pesar de ser considerado un deporte extremo, pueda ser disfrutado en familia. En ese sentido, los niños deben practicarlo con la debida supervisión al momento de ingresar al mar.
“Queremos que sea familiar y que los padres, madres y abuelos vengan a verlos a competir. Ahora no solo tenemos surfistas de Guayaquil, sino que hemos sacado surfistas de provincias. Eso ha sido bueno porque el deporte se conoce a nivel nacional”.
Desde hoy hasta mañana se tiene previsto realizar una fecha más del torneo nacional, en Puerto Cayo, pero solo se correrá en la categoría Open, que estaba pendiente.