El rugby crece en Ecuador sin canchas para masificarse
Nicolás Di Nápoli es uno de los millones de aficionados que siguen en el mundo el ‘mal ejemplo’ de William Webb Ellis, el estudiante que en 1823 desobedeció las reglas del fútbol y corrió por la cancha con la pelota en sus manos.
Así se marcó el inicio del rugby, claro que quienes lo convirtieron en deporte prefirieron bautizarlo con el nombre de la localidad donde se dio el hecho: Rugby es una ciudad que pertenece al condado de Warwickshire, ubicada en el centro-oeste de Inglaterra.
Nicolás suspira cuando recuerda esta historia, William Webb Ellis es la inspiración de todos los amantes de esta disciplina, a la que muchos reconocen como la ‘evolución del fútbol’, no solo por jugarse con piernas y brazos, sino porque, según él, se basa en el juego limpio. “Acá no cabe la mala intención, el honor es nuestro principal fundamento”, asegura.
Sentado en una banca del Parque La Carolina, con una camiseta azul de manga corta, parece no sentir el viento frío que suele soplar en el invierno de Quito en horas vespertinas. Di Nápoli nació en Santa Fe (Argentina) hace 40 años y juega rugby desde los 4.
Su relación con Ecuador comenzó en 2011, llegó a Manta a transmitir los Juegos Suramericanos de Playa, posteriormente se ligó a medios ecuatorianos y ahora, aparte de ejercer el periodismo radial, es presidente de la Federación Ecuatoriana de Rugby.
Radicado en la capital, se siente contento por trabajar para la actividad que más le gusta. Opina que 2013 fue un año fenomenal, 2014 será mucho mejor, al menos eso es lo que pretende.
En diciembre pasado Ecuador conquistó su primer torneo internacional, ganó el Campeonato Sudamericano C, categoría que compartió con Guatemala, Costa Rica y El Salvador. El título le sirvió para clasificarse al Campeonato Sudamericano B de este año, en el que rivalizará con Colombia, Venezuela y Perú. La justa se librará en agosto, en Colombia.
“Pero no hay que engañarse”, menciona luego de inclinar la cabeza en gesto de reflexión. Aunque Ecuador se adjudicó invicto el título del Sudamericano C de 2013 y le ganó por primera vez a Guatemala y a Costa Rica, el nivel de la serie B es muy superior; Venezuela, Colombia y Perú llevan más tiempo en la práctica e invierten más dinero en los torneos locales.
En 2014 las metas del rugby ecuatoriano son claras, hay que empezar el trabajo con divisiones formativas, brindar mejor implementación a los equipos y conseguir terrenos para adaptar canchas propias. La primera lid de inferiores sería en sub 18. El plan busca, además, incrementar el interés femenino, actualmente solo hay equipos en Guayaquil, Quito y Cuenca.
No es rudo
Morena, delgada, de 1,68 metros de estatura y con pinta de basquetbolista, Andrea Gaspar (21 años) es una de las pocas mujeres ecuatorianas que practica rugby. Vinculada desde hace un año y medio a la actividad, dice que por fin encontró un deporte acorde a sus expectativas: no la aburre y le obliga a sacar hasta la última gota de sudor en cada esfuerzo.
¿Rudo? “Para nada”, responde. Los forcejeos y tacleadas le emocionan más que los saques, reveses y correteadas del tenis, juego que alguna vez consideró su favorito. La única desventaja del rugby en el país, se lamenta, es la escasez de conjuntos femeniles. Hasta el año anterior, los clubes que tenían equipos femeninos en Ecuador eran Quito Rugby Club, Jaguares Rugby Club de Guayaquil y Carneros Rugby Club de Cuenca. Para esta temporada Cerveros de Quito y Monos de Guayaquil también presentarían equipos integrados por mujeres.
Andrea, quien juega de win en el Quito Rugby Club, aspira a que esta práctica se consolide a escala nacional. Califica de mito eso de que las mujeres pierden la feminidad por enrolarse en el rugby; en su caso, basta ver la delicadeza de sus manos para darle la razón.
La convicción de Andrea se refuerza con las palabras de Adrián López, presidente de la Asociación de Rugby de Pichincha, para quien incluso los niños pueden ingresar a la actividad. En Australia, cuenta, la modalidad de iniciación admite a niños y niñas de entre 3 y 4 años, donde los pequeños no se golpean, solo se pasan la pelota y corren. Es con el mini rugby que se juega a partir de los 8 años de edad, cuando el juego se vuelve de contacto.
Buen estado físico
Tal vez no se requiera ser grande o fuerte para ser un ‘rugbier’, pero sí se necesita buen estado físico.
Manolo Silva (19 años), win de los ‘jíbaros’ (Quito Rugby Club), complementa sus entrenamientos técnico-tácticos con largas rutinas en el gimnasio.
Visiblemente duro de abdomen, dueño de gruesos brazos y espalda ancha, argumenta que la buena masa muscular ayuda a resistir los embates rivales. “Si chocas con alguien más grande, tienes que saber enfrentarlo, por eso necesitas fortalecer bastante tu cuerpo, estar sano y evitar los vicios para mantenerte concentrado”, precisa.
Su compañero de elenco, Cristian Yerovi (23 años), prefiere referirse a la falta de infraestructura para practicar este deporte. En Quito, afirma con tono de preocupación, no existen canchas exclusivas para rugby. Los entrenamientos o juegos se efectúan en el Parque La Carolina, Estadio Universitario y Escuela Superior Militar (Esmil).
Cree que, aunque hubiera mayor promoción, la falta de espacios adecuados impediría que se masifique. Una de las pocas entidades que apoyan su difusión es la Cámara Franco-Ecuatoriana, cuyo último torneo amistoso se cumplió en el colegio La Condamine de Quito.
Con palabras que le sientan como bálsamo al ánimo de Cristian, Nicolás Di Nápoli anuncia que se gestiona la entrega de terrenos fiscales bajo la figura de comodatos que durarían de 25 a 30 años. Es probable que el municipio capitalino destine un sitio en el exaeropuerto para la práctica de esta disciplina.
Datos
Monos Rugby Club de Guayaquil y Nómadas de Quito fueron los primeros clubes ecuatorianos en fundarse. Los primeros partidos entre estos 2 equipos se realizaron a finales de la década del 90.
La Federación Ecuatoriana de Rugby fue formalizada hace 6 años, un año después organizó el primer campeonato nacional.
Han ratificado su participación en el certamen de 2014 los clubes Carneros y Águilas de Azuay, Monos y Jaguares de Guayas. Y de Pichincha: Quito, Cerveros, Nómadas, Bárbaros y Lobos.
Por confirmar están Mantarraya de Manabí, Mohicanos de Imbabura, Península y C-Bahía de Santa Elena, ADN de Guayas. Y Espartanos y Vikingos de Azuay.
El certamen femenil de 2014 constará de 6 torneos relámpagos que se desarrollarán en Cuenca (2), Ibarra, Manta, Guayaquil y Quito.
Cada partido se juega con 2 tiempos de 40 minutos, con un descanso de 10 minutos. Un conjunto suma puntos cuando apoya el balón en el área que está detrás de la H (arco), eso se llama ingol. Para esta disciplina se utiliza una pelota ovalada.