Después de un recorrido e investigación fatigante no logré encontrar ninguna nota de  malestar de los periodistas o de los  fanáticos finlandeses por los rivales con los que juega su tenista: Harri Heliovaara. El jugador es dueño del ranking #295 de la ATP, exigir que se enfrente a Nadal, Murray, Tsonga o Del Potro no es descabellado, bajo un simple concepto de aspirar, aterrizar y conocer de primera mano cuál es la realidad del tenista. Para usar el partido como termómetro no estaría mal saber cuán lejos estoy de la altura de los mejores del mundo, pero de ahí a iniciar una exigencia de enfrentar a estos rivales por creer que estoy a ese nivel y que debo jugar con ellos porque  soy un “bacán” del tenis... no, eso es caudal de otro río y bajo una perspectiva de poca visibilidad.

Algo similar ocurre con las exigencias que solicitamos al momento de pedir rivales para la selección ecuatoriana de fútbol, antes; aplico la misma filosofía que expuse sobre  el  finlandés Heliovaara, tenista rankeado en el puesto #295 entre 1.200.

La selección de fútbol de Ecuador se ubica en el puesto #66 entre  203. El malestar por medir a Jamaica (#43 FIFA) y Costa Rica (#60 FIFA) es notorio. Reconozco que se produce un abombe sobre los mismos elencos repetidos que enfrentan a la “Tri”.

México se enfrentó cuatro veces a la escuadra nacional en un año. Para la variedad del  espectáculo resultaba atentatorio, ya hasta ver el verde de su uniforme chocaba; sin embargo, para el desarrollo técnico y como elemento de preparación es un rival óptimo.

Tal vez no sea tan vendedora como otros representativos; pero, créanme, a mi parecer  al cuerpo técnico de la selección le interesa más prepararse que vender.

¿Reclamaríamos igual si jugaríamos repetidamente con Paraguay, República Checa, Bélgica, Nigeria o Dinamarca?, yo creo que no, es más muchos aplaudirían esta elección, porque la mayoría no sabe que estas cinco selecciones que mencioné tienen un ranking inferior al de México.

Igual creo que si jugamos 4 veces con cualquiera de ellos, en el mismo año, las voces de protesta serían bastante altas. Y si jugamos con Inglaterra, Holanda o Portugal cuatro veces en el mismo año, ¿se reclamaría también?

Ya sé, ya sé lo que piensan del ranking de la FIFA, no hace falta que lo remarquen gritando y cargados de irritación.

Veo todo esto como un simple fastidio, se quiere ver por lo menos una selección nueva, otros colores, otra confederación... comprendo, pero no se equivoquen, estos equipos que vienen con la misma frecuencia que Alci Acosta a nuestro país, sí aportan a la preparación de nuestra selección.

Solicitar el cambio de selecciones por esa circunstancia es comprensible, lo que no está bien es pedir otros rivales por creer que estamos gozando de un nivel superlativo. Y me permito basarme en algunos números: De los últimos 20 partidos que jugó Ecuador, ganó solo 3, perdió 8 y empató 9.

Si sumo 25 cotejos más, solo encuentro un total de 10 triunfos, es decir que de los últimos 45 encuentros que jugó Ecuador, ganó 14, menos de 33% de sus encuentros.

Y tengo más... De los últimos 16 enfrentamientos ante selecciones “élite”, entre las que están Argentina, Brasil, Alemania, Italia, España, EE..UU., Holanda y Francia, la selección local se impuso en  2 partidos, empató 3 y perdió 11.

No digo que por eso no se deba jugar con estos combinados, que ayudarían tal vez aún más en la preparación, lo que digo es que dejemos de creer que somos la súper potencia, que somos una máquina, un aparato de buenos resultados.

Tenemos un gran potencial que ha mejorado y obtenido resultados valiosísimos en los últimos años, los mejores de nuestra historia futbolística.

Hay indicios de estar navegando por la corriente del franco ascenso; el desarrollo es evidente, se aprendió a competir, pero todavía falta aprender a ganar con consistencia.

Señores, más claro, no nos creamos la mamá de Tarzán.

¿Entendieron el concepto?

Disculparán si herí a algunas almas susceptibles y que creían profundamente ser la progenitora del rey de la selva.